martes, 5 de diciembre de 2023

Sombra de la calle


Todo esto pasa desde hace ya mucho tiempo:
en la mañana de un día agitado,
impasible la calle absorbe, entre su prisa y sus chirridos,
tu habitual sombra.
Nadie mira tu errar.

Nadie siente tus bruscos cancerberos:
esa parálisis del alma, en un día 
jurado para ensalzar el tiempo
con palabras adecuadas al grito;
ese silencio de minutos congelados,
dueño de tus magulladuras, 
donde la negación de tu individuo
ha triunfado.

En el presente sigues, en esta vibrante mañana,
por las calles que observas con ojos de mil gatos,
atrapado por gentes cuyas vidas ignoras,
cuyas prisas molestan,
cuyos rostros son muecas plásticas.

Es infame andar solo tanto tiempo,
perdido y esperando que te encuentren.

jueves, 16 de noviembre de 2023

Mi bella víctima


Sigue frente a mis ojos disfrutando
de la frondosa hierba,
de la canción del viento,
y tu embriaguez se encuentre libre
de la sospecha de acechanzas.

Disfruta, mi elegante víctima
(sabrosa carne
escondida en la tersa piel amarronada).

¡Ah, mi sinuosa y bella imagen,
mi suprema codicia!,
entrégate a mis días sin comer,
a mi voracidad inclaudicable,
como se entregan los frutos maduros a la tierra.

Llegarás a la nada casi sin dolor,
gracias a mi destreza aprendida en milenios,
en rápida agonía,
con el sopor del pasmo incomprendido.

Yo haré de este recuerdo,
en la escalera del futuro,
un peldaño más hacia la perfecta cacería.

viernes, 10 de noviembre de 2023

Mi nuevo barrio

Se recrea mi espíritu 
en el paseo por las calles
de este barrio que existe
con sus detalles múltiples.

Me contagia
esa costumbre sosegada
de amar los actos simples de la vida,
del saludo cortés,
del contento que brinda la paz interior,
del final de la tarde con sus espejos ocres.

Debería cerrar con lágrimas mis ojos
y retener el tiempo por la vida que va,
por lo tarde que veo tanta belleza última,
por años de ceguera en tardes como ésta.

miércoles, 8 de noviembre de 2023

El cuadro de la flor que cae


Las flores últimas del mirto caen en furiosos latidos de la tarde.
Mi mente, donde llueven los espejos de mi rostro,
retienen degolladas gotas que sangran como aterrados crepúsculos,
y riegan los antiguos alelíes de mi infancia 
en mi prisión del tiempo.

Tengo sombra de bosques en mi entraña,
una caída aparatosa en mi semblante,
una ración de hambre de las horas,
y unas manos que escriben lluvias en mis insomnios últimos.

Así se bate mi alambrada, 
embestida por monstruos que me invento,
mientras amo de espaldas sobre la vida entera,
para esperarme libre
asesinado por el polvo.



martes, 7 de noviembre de 2023

Sumario de lo hecho

  

Quisiera perpetuar el letargo del aire que aspiran mis pulmones
como parálisis del sueño o mordedura de serpiente;
así este tiempo último, de buenas fuerzas todavía,
valdrá para destruir aquellas dudas apremiantes de lo hecho.

Este montón de antiguos acordes sofocados del recuerdo
saldrán en reflexiones íntegras, quizás un tanto crudas,
de la mente que lucha palmo a palmo en su bosque invernal,
por el sereno aliento que reclaman las simbólicas hojas amarillas.

La fecunda insistencia de la aurora en todas mis infieles junglas
me traerá la soga inspiradora que me rescate del pantano;
y, entonces, sol y brisa, solamente, como domados dioses,
serán testigos de aquella alegría lenta que devuelve la paz en el reposo.

Salvaguardadas una vez las lluvias, mientras retornan a sus cielos,
ardiente todavía el corazón en su partida, sacando las anécdotas ocultas,
hablaré de las horas encendidas, de ese rojo imposible de la rosa,
como el vuelo de un pájaro que busca su merecido éxtasis final.

lunes, 6 de noviembre de 2023

Apostasía



Retazo de animal prehistórico:
¿pretendes que el mundo se vuelva tu bosque encantado?
Aunque eres un felino, una serpiente astuta,
dinámico y artero, persistente en la lucha por vivir;
en las tinieblas, al menor aullido,
te apresuras en encender fogatas frente a tu gruta.

Tus refinados alimentos te llevaron
a la débil quijada que no puede
ya destrozar la carne a dentelladas,
y tiemblas de orfandad cuando extravías tu cuchillo.

Hoy cantas, vociferas, desafiante, orgulloso
de tu intelecto mísero,
mientras tu gran problema se enraíza
muy lejos de los cánticos y altares:
no tienes ya deidades que adorar,
ni tanto vértigo para el agnóstico derroche.

sábado, 4 de noviembre de 2023

El reino silencioso

En el colmado jardín crecen esbeltas palmeras,
rosas de profusos pétalos y copos de crisantemos.
Me consagro a la labor del espinoso cuidado,
con diligencia y esmero, buenas horas de mi vida.

Soñolientas de humedad, ancestrales conmociones,
enigmas enmarañados, fuerzas mudas, vegetales,
se despiertan, se levantan, se desnudan voluptuosas,
dóciles a la lujuria, derrotando la extinción.

Vencida en la plenitud, desterrada está la muerte
hacia arcanos nebulosos, en un futuro infinito.
En el reino silencioso nadie persigue jamás 
ángeles del destino, quimeras de los cielos.


jueves, 2 de noviembre de 2023

Cumplir el ciclo



Si la aflicción de haber inadvertido
el presagio en aquella bocacalle
fue creciendo cual polvo que acumula la suela del zapato,
y hoy ensucia el felpudo del vestíbulo
donde la vida es cansancio, paréntesis de tiempo;

si el estar atrapado en el trayecto,
sin conocer el nombre de la calle,
exánime de no encontrar alguna referencia:
letreros familiares, molduras de una casa vieja,
grafitis desgarrados que prueben la certeza
del rumbo que llevamos...;

insiste carmenando la maraña del curso de la meta,
bebiendo la congoja, como una fiera herida
desangrada en el páramo enemigo,
tozudo de seguir luchando por la vida,
sin claudicar jamás,
hasta cumplir el ciclo natural que a cada uno corresponde,
agradeciendo aquel instante
en que un prodigio nos creó.


martes, 31 de octubre de 2023

Resiliencia


Resistiendo en los laberintos de cerrojos,
de la vida pretérita desnudos,
observamos perplejos
deslizarse una rata,
libre de la inquietud nerviosa
que provoca el peligro de la muerte.

En pocos días de estudiar
el secreto de las cadenas,
cambiaron los sonidos de las cosas.
Eran metálicos ahora todos los sonidos:
latón, las quejas,
aluminio, el mensaje,
acero, los tic tac de los relojes,
hierro, el silencio,
plomo, las nubes,
y hasta Dios se hizo bronce
en un lejano campanario.

Yo sufro, más que nadie,
los bruscos arrebatos de la descortesía,
pues siento el miedo
arrojarse a mis ojos
como un niño sobresaltado.

Cayó una lluvia mansa sobre las piedras,
toda la noche, todo el día siguiente,
llenando de humedad mi hastío.
Como un verdugo de los tantos que maltratan,
tras el aroma acariciante del ozono,
lamía los barrotes y cantaba:
«estoy aquí para pulsar vuestra paciencia»,
con la premonición del óxido.

viernes, 27 de octubre de 2023

Paradoja del bello horror



En este amanecer lluvioso
donde el vacío se llena de voces
de tormentosos e interminables estrépitos
y miedos impotentes,
se hace en la bóveda furiosa 
la bella luz
y el despótico grito de los rayos
(hábitos de la tempestad).

Luego el cielo y la tierra
y el viento amainado se mecen
en el lento regreso a la normalidad,
mostrando gratitud a los divinos dioses
que han aplacado su ira
luego de tanta destrucción.

El día crea, entonces,
un sagrado ámbito que convoca
a sosegar la sed de confusión vivida: los sentimientos encontrados (el esplendor de la furia
y el devastado rastro de la calma) 
que impiden la armonía en el espíritu. 

jueves, 26 de octubre de 2023

Invocación a las musas

Dadme, piadosas musas, rebeldía
que me libre del déspota insaciable,
del demonio, del monstruo insobornable,
devorador de la virtud del día.

Contemplad mi titánica porfía
de la vida en el éxodo implacable,
batido de avidez infatigable
como un jardín luchando en la sequía.

Os ruego que en el tramo del futuro
anuléis el destierro, el lance duro,
y abráis las puertas de mi enigma humano.

Dadme al final, a un paso del arcano,
ya extinguida mi antorcha y mi fortuna,
como «epitafio la sangrienta luna» .

jueves, 19 de octubre de 2023

Claudio


Emperador del Imperio romano desde el 24 de enero
del año 41, hasta el 13 de octubre del año 54.

A Ramón Carballal


Aquí estoy, con mi grito fatigado,
en el año catorce de mi imperio,
ensalzado por muchos, infamado por pocos
(los que urdirán mi muerte).

Ciertamente, el terror continuo
me habita como la imagen
de una horda extranjera y asesina.
¿He sido un mal emperador?

Con los ojos censores de mis antepasados
subo—abrumado por mi bárbaro pavor—,
sobre mis castigados hombros,
secuelas de una Roma licenciosa.

¿Dónde se encuentra Mesalina
fraguando sus excesos?
Oigo incesante sus conspiraciones,
su dádiva carnal a los perjuros.

Los patricios escrutan las amplias galerías,
los oscuros jardines y aposentos;
huyen de mis terribles amenazas
e insobornable mal carácter.

¡Prefieren el placer con los eunucos!

Los libertinos jóvenes—¿qué fueron?—,
se esconden tras las dóricas columnas,
mientras las vírgenes abandonan sus cítaras
y ansiosas deambulan tras la cópula.

Los guardias son estatuas inmoladas
a quienes no se siente respirar.
¡Ay de mí!, si la paga no perciben a tiempo:
sus dagas se hundirán en mi esperanza.

Sufro los mil achaques de la senectud.
El veneno en mi sangre cumple la profecía,
mientras los cortesanos se deleitan
en las irreverentes danzas.

¡Angustia del poder! Con suerte llevarán
los dioses en sus brazos mi alma;
y hoy desprecio a los hombres,
la ingratitud de sus infames actos.

En mi lecho de enfermo, luego de tanta gloria,
soy el venado de la cacería,
aspiro el aire amargo de la conspiración,
sorbo el veneno de Agripina.

¡Guardias, venid! Que el más avaricioso
de los traidores del imperio apure mi partida,
apresure la infamia, y apremie la memoria
eterna —¡Claudio!—, de mi nombre.

domingo, 8 de octubre de 2023

Más allá de la dicha



Sigo aguardando, cada día,
la tregua de mi grito al final de la tarde;
y con mi tiempo en amoroso alarde,
la pausa del trajín verter en la empatía.

Pero el aire se ha vuelto enrarecido;
y la emoción —un lirio sin aroma—,
palpita en la carcoma
de un jardín con sus luces impregnadas de olvido.

Harto de persistir en el recuerdo
—regar el alma seca con lluvias del pasado—,
harto estoy de beber en su pausado
murmullo lo que ansío y lo que pierdo.

En cada albor me traes las venturas de atrás,
memoria de la dicha. Nada más.

viernes, 6 de octubre de 2023

Tarea inhábil



Estoy buscando el método real
que consiga barrer este camino
hoy cubierto de topes. Imagino
fluir hacia la luz del ideal.

Los atajos me pierden del actual,
y gasto todo el tiempo en el cansino
lance por lo intachable, sin destino
cierto que me conjure el viejo mal.

Anhelo sacudirme del demonio
que brinca frente a mí —terco adversario—
haciendo burlas y piruetas locas,

elevando mi voz al testimonio:
constancia pertinaz —sincero otario—
con muchas ansias y con luces pocas.





sábado, 30 de septiembre de 2023

Infructuosa búsqueda




Me dispongo a alcanzar el cauce
que me lleve a la cuenca más sagrada,
a la cárcava, la madre de las sagradas vertientes,
donde la sed no abruma,
y el hambre se atosiga con alimentos nutritivos
que vigorizan nuestro cuerpo
y espolean nuestra memoria.


Resuelvo delinquir en esos prados,
quebrantar su edénica paz,
aterrorizar a sus débiles criaturas;
y en las noches de luna confundida,
vivir los más escandalosos desenfrenos,
de tal suerte que el eremita que seré
podrá reír a sus anchas, a pecho descubierto,
haciendo trepidar los troncos de los árboles
como diapasones salvajes.


Ay de mí: sólo
una contrariedad soportará mi orgullo:
la soledad:
la vasta materia sin risa,
la postergada búsqueda, 
la extensa alcoba de los prados
sin el sutil olor del sexo.

viernes, 29 de septiembre de 2023

Temor de extraviar nuestro destino


Hoy viertes en mi corazón la angustia
de que estamos perdidos,
muy lejos de la tierra firme,
hacia una isla donde el miedo a la intemperie,
a la desolación,
puede llover sobre nosotros.

Tantas veces descubro nuestros nombres
en el largo inventario de derrumbes,
que se ha llevado anécdotas y todas nuestras fotos,
y todas las palabras de la dicha,
y hasta el remedio minucioso del martirio.

Desatinados por el tiempo, sin huellas esenciales,
a solas en el ultramar de los escrúpulos,
crédulos en el orden de la risa,
arribando a la tierra fértil, pero sin labranza posible,
hoy viertes en mi espíritu la angustia.


domingo, 23 de julio de 2023

Aspiración extrema

Insisto en convivir contigo, 
aunque dormida a mi lado
no te tenga ya. 

miércoles, 19 de julio de 2023

La forma poética

La forma o formas poéticas pueden ser premeditadas (cuando se pretende escribir un soneto, un romance, una oda, etc.), como así también absolutamente instintivas, que van creándose a medida que el poeta va componiendo su poema. En ambos casos las formas requieren revisión y corrección (de ser necesarias). Estas formas últimas citadas, nacidas inusitadamente, no dejan de contener la cadencia, la melodía honda (algunas veces imperceptible), no dejan de ser la balsa donde viaja el poema en el mar de la poesía. La conclusión de este pensamiento es que la forma, cuando es caótica, rebelde a los cánones, caprichosa a una cierta congruencia del lenguaje, semánticamente vacía de por lo menos una pizca de mensaje racional, no es otra cosa que un poema deforme. 

Mi pobre árbol

En plena primavera, mustias las hojas,
abanican los sueños que se mueven
en suaves espirales en el aire.

Mi amado árbol 
(lo he visto tantas veces desde mi rutina),
que siempre me acogió con su canto de arrullos,
va perdiendo sus hojas lentamente,
con tronco enhiesto todavía,
aunque pardo por el dolor del tiempo. 

Mi compungido corazón,
hundido ya en el pozo de los días,
sospecha que son únicas las hojas que se caen, 
como únicas son mis primaveras.

Cómo duele observar en los crepúsculos
la calva copa, la memoria del verde, 
aquella sombra donde se apandillaban los pájaros.

No sé qué hacer. Lo cuido,
como se cuida a un viejo amor,
lo consiento, 
lo riego en cada amanecer;
pero el árbol, mi pobre árbol,
no para de vivir su lento adiós.

Lo impulso con recuerdos arrogantes,
lo nutro con almíbares de dichas
que emergen a tropeles del pasado;
pero el árbol, mi pobre árbol,
se muestra fatigado de habitar 
el jardín que derrocha vida y esplendor.



domingo, 21 de mayo de 2023

Al obstinado demonio


Me propongo acallar tu voz
destruyendo tus sucias intenciones.
Te rastrearé en las crujías
secretas de mi espíritu,
pues en uno de esos oscuros
sótanos siempre acechas.
Al destrozar las psíquicas cadenas
y descubrir los pasajes oscuros, 
con las virtudes del sabueso,
encontraré la inconfundible
bascosidad de tu rastro.

Deberé descubrir
la maldad de serpiente de tu rostro:
tu taimada sonrisa y tu oblicua mirada.
En evidencia
ante el concierto inapelable 
de los innumerables seres que me pueblan,
iré desvinculando tus impíos actos
en el gran auditorio.

Dejarás de arroparme 
con la manta del tedio;
y, día a día, despertarme
en la pereza.
 
Te alimentas
de mi desprecio a las molestas caminatas,
y de mis sentimientos de congoja
ante el haz de centellas que me ciega.

Activas
para socavar los cimientos de mi voluntad.
Realizas comercios viles
con cualquiera de los demonios que me pueblan.
Embaucas a mis ángeles guardianes:
celosos celadores de mis virtudes.
Con ardides maestros
los llevas hasta tu ignota guarida;
y por arte de misterioso engaño,
me los devuelves trasformados
en lobos traidores amenazantes.

Te hallaré, monstruo despreciable.
Memoricé los timbres de tu voz;
y ante la mínima señal
de tu naturaleza tentadora,
apenas emitas sonido alguno,
echaré sobre ti mis redes,
convirtiéndote en el cautivo eterno
en las mazmorras de mi espíritu.
Te hallaré, antes que la noche
te brinde chances de escurrirte;
y, luego de vencer el asco de tocarte,
con la apilada indignación
de tantos angustiosos años,
¡te desollaré, demonio maldito!



sábado, 20 de mayo de 2023

Genética del espíritu


Al observar la huella, veo cómo
va develándose nuestro destino.
Es claro, ahora, aquel anhelo,
logrado o no, entre tules de las ansias.

Lo que soy,
en cierta forma, serena mi existencia.
Lo que quise ser y no soy,
poco a poco, va descubriendo
la justificación
que adecua el sueño a las alturas
cada vez más inalcanzables.

De todas las desgracias
que vienen del futuro,
la que más punza el alma es la voz genética,
que denuncia secuelas de la errónea vida
y displicencia
en la voluntad de grandeza.

martes, 16 de mayo de 2023

Así lo quisiste (Tríptico 3)


En nuestra cama, inundarás de sal
los lienzos del dolor por mi tardanza,
para partir en olas de añoranza
a los mares sin islas ni final.

Navegarás, tortuga en larga pena,
padeciendo evasión sin escondites
hacia el anhelo inútil, aunque grites
sobre blanca verdad y blanca arena.

Tú decidiste que dañara el rayo
la nave mía pletórica de ensueño
y vagase en el mar a la deriva.

Y hoy lamentas, callada y sin desmayo,
surcar con el agobio de mi empeño
nuestra pasión por siempre fugitiva.

lunes, 15 de mayo de 2023

Así lo quisiste (Tríptico 2)


Inundaste de sal
las sábanas con tu silencio;
navegaré sus olas de añoranza
en el océano sin islas ni confín.

Tortuga en soledad,
surcando la extensión sin límites
con el empeño inútil, navegando
sobre las negras aguas sin final.

Miras turbado
la pletórica nave del ensueño
llevándose el amor a la deriva,
tan tuyo y tanta luz.

domingo, 14 de mayo de 2023

Así lo quisiste (Tríptico 1)



Esa cama que inundarás de sal
con lágrimas mentiras de tus noches,
te llevará en sus olas de añoranza
a una singladura sin islas ni confín,
a una soledad de alta mar
con el alto peligro de un naufragio.
Diciéndolo con saña:
te morirás en una cama fría.

Qué alejados estamos. Noche tras noche,
cíclope solitario, tortuga tímida
sufriendo las distancias imposibles
hacia la playa donde el amor
le brinda su dulzura
a las arenas tibias de las sábanas.

Noche tras noche, en los suburbios
de la desolación, encontrarás
tan sólo la corrupción del deseo.

No deberías ocultar
las cicatrices de mi ausencia,
la infamia de verte abatida
en la prisión de la vacía cama.

Por desgracia, así lo quisiste,
al desdeñar las alas del ensueño,
y atesorar ese maldito cofre
de sangrantes heridas,
de repeticiones irónicas,
de las risas calcadas en el tedio,
lanzándote sobre cualquier
aserción de mi angustia.

La pasión, como el tigre
herido mortalmente en la porfía,
carece de reinicio;
y no logra, con simple obstinación soberbia,
triunfar frente al desprecio.
Negarlo sólo nos provoca
prolongar la agonía.



jueves, 11 de mayo de 2023

Territorios


Aquellos mares navegados, islas
de olvidadas arenas
y de vegetación exuberante,
territorios que frecuentaba
en la edad marinera,
emergen con nostalgia en la memoria.

Evocando las horas
de aquellas singladuras en el tiempo,
me tienta desandar sus horizontes,
entregarme a sus brisas,
seduciendo sirenas lujuriosas
al solaz en sus playas.

Anhelo torpe.
Mi atavismo contiene
otros fecundos territorios,
tentadores parajes
que día a día debo conquistar.

miércoles, 10 de mayo de 2023

Los de adentro


Ya no estamos, nosotros, los de adentro,
viendo nacer la noche en las veredas,
en los bares el vértigo de sedas,
y en las mesas de póker el encuentro.

Algunos pretendemos engañarnos
con fútbol, tenis o tediosa misa;
otros optamos ver pasar de prisa
cada noche leyendo hasta agotarnos.

Rutinarios, en corro nos reunimos,
y con pasión grosera compartimos
crímenes, hurtos, lúdicas historias.

Perdidos en verdades ilusorias,
logramos, en los cielos que intuimos,
pequeños soplos de rufianes glorias.



lunes, 1 de mayo de 2023

La vida se está complicando

La vida se está complicando,
como la de una madre joven con leucemia
que despierta todas las mañanas
pensando en cómo quedarán sus niños,
quien los cuidará, los guiará en su educación,
en corregir a toda hora los malos hábitos,
en su aseo personal, en evitar las desviaciones,
las tentaciones propias de la juventud.
El padre siempre ha sido un fantasma
por no decir un imbécil, un pobre promiscuo.

La vida se está volviendo agonizante: ¿qué hago?
¿Busco refugio en las cadenas de oración,
o voy a lo de las putas, sin reflexionar
sobre la cercanía de la muerte?

Represa del gran demonio

Soy el demonio que puede provocar la gran catástrofe.
¡Aguantadme la risa que no consigo contener!
Suponed mi figura rojiza y fulgurante
bajando con las aguas en brutal destrucción.

Aunque se me ha otorgado poder discrecional
por parte de los cojonudos dioses, no abriré las compuertas,
no dejaré a las aguas arrasar los poblados.
Yo soy el buen demonio para el hombre gregario,
y debo como tal encauzar los caudales.

No es bueno para nadie que torrentes anárquicos,
cual vómitos de dioses destructivos,
empujen los navíos de la muerte,
y asalten, cual piratas execrables,
vidas y haciendas de los valles bajos.

No es bueno para nadie que negras turbulencias
precipiten los ánimos de los sobrevivientes;
y es menos bueno aún envenenar las almas
de tristes habitantes confundidos
que siguen adorando un solo Dios
por miedo a la vehemencia de los cielos.

Como tantos otros demonios, amo
yo también a los hombres, y deseo
cuidar de sus cosechas;
y gozoso, dejar que las muchachas
se reconozcan en la carne;
y dejar que el anciano se sirva de su cántaro,
para el sacro brebaje de los ritos
en las praderas ancestrales.

Agradables murmullos
del curso heroicamente controlado
llevarán en las noches las tranquilas corrientes
dominadas por mi gran voluntad.

Así pues, hombres de dudosa fe:
ofrendadme vuestras doncellas núbiles,
tenedme como único demonio, y jamás olvidéis
que un enojo causado por vuestra traición
abrirá la fisura y romperá el gran muro.

Hombres que vivís en los valles:
jamás provoquéis mi arrebato.

Y, por las dudas, como a Dios, ¡adoradme!
Ja ja ja

El ciervo sublime

Sufro la soledad
de un fugitivo criminal
cuyo rostro aparece
en todas las paredes
de la ciudad.

El crepúsculo ha perdido
la intensidad de su color,
y las aves se han vuelto grises
y desafortunadamente melancólicas;
los árboles dejaron de repente
de apantallar las brisas:
un cruce de marañas es mi diario
trajinar en las junglas de los días.

Siento que ninguna región es apta
para mi hambre de cazar,
ni apoyado en las avanzadas trampas
y el coraje de mi obsesión.

Es un vacío inmenso el bosque
donde no obstante sigo
buscando la sublime imagen
del ciervo que ilumine mi esperanza.
Y gracias a mi terca voluntad,
aquí lo he encontrado,
y aquí lo he matado.

domingo, 30 de abril de 2023

¿Dónde estás?



¿En dónde estás en esta noche sin siseos,
sin Dios a quien clamar,
si no estás arañando revertir
la turbación que siento al verte
en placidez dormida?
Antes no conciliabas el sueño sin mí.

Si estás tan próxima existiendo
y yo te veo al otro lado de mis mares,
es como si jamás hubiésemos jurado
la pasión que nos tuvo
por años caminando a besos las arenas.

Ahora, sólo en el invierno duro
te rozas, huyendo del frío, a mí,
como una rama tímida
que toca el agua del arroyo
en época de lluvias
y luego de una gran crecida.

Es como si uno de los dos
se hallase muerto para el otro,
o como si uno de los dos
compartiera alcoba con un cadáver.

Aquellos años de amor

 

Entonces el verano estaba en la espiral de nuestras risas;
y eran los bosques de tus labios, para mi alma migrante,
nidos que pretendían reponer las aves
traviesas de mi juventud.

Me sentía seguro al caminar la cuerda floja,
de vencer el trapecio de la muerte, de herir mi soledad,
trasponiendo los vértigos
donde luchaba por vencer mi hombría inútil.

Hace años que cae mi mirada
sobre tu pecho, sobre tus piernas rectas,
sobre tu manera de caminar
que alborota el supermercado.

Pero recién ahora veo
mis convicciones que nacieron
del oculto misterio
de una pasión de sangre de incandescente carne y hueso.

sábado, 29 de abril de 2023

Lento de ilusiones



De la noche, no logro hace tiempo
compartir sus recónditos temblores,
verterme en el espejo de su hambre
y atiborrar mi tigre,
porque la luna miente y se desliza lóbrega
por el despeñadero de su espalda,
porque la noche miente y le musita
sus canciones de olvido,
porque soy lento de ilusiones,
de consentir las mimosas argucias
que encienden los indicios
en la costumbre de los otros días.

lunes, 24 de abril de 2023

El glóbulo perdido


En tus entrañas, mundo mío,
desorientado anduve por tus ríos de sangre,
nadando con aprieto las espesas corrientes,
tímido, siempre temeroso de enfrentarme a los virus de la angustia.

Cuánto quería yo volverme tamborillero de mi infancia
y luego monaguillo, recolector de canastillas, hijo de todas las iglesias,
y luego hijo de papá, con anteojos, risa dorada, modales afectados,
y luego el chico alegre confesándole al tiempo: «cuando grande seré aviador»,
y luego rápido a crecer porque el orgasmo rastreaba ya su término primario.

Úlcera me causaban las calles donde yerra la miseria,
me derramé sobre las casas cerradas por el gran dictador,
y en sus nocturnas plazas vacías me iba a orinar canciones
con la incontinencia del joven rebelde que adora la libertad.
—¡Salud! —me decía un mendigo que huía del frío por toda la eternidad,
y los cuervos con sus roncas siringes cantaban sus preludios de muerte.

Mi ataúd era espuma de las noches, donde hermosas rameras
desinhibidamente fornicaban en lento amanecer.

¡Qué delirio de azul inmensidad me sostenía!
Rico en agobios suspiraba por cornisas de altas azoteas
esperando mensajes de palomas, noticias de otras guerras,
invitación al odio donde gastar mi tedio matando grillos de canciones átonas.

Ahora soy el glóbulo perdido de este cuerpo atomizado,
el hematoma atroz, la purulencia fétida, la bacinica de las monjas azules,
hermanas de la caridad que adoran con candor mi agonía.
Soy la célula cambiaria, el detritus que resbala
por las alcantarillas de mi digestión hasta el pozo ciego cada día.

domingo, 23 de abril de 2023

La lucha de no ser nadie


¿Qué haces con tu tiempo todo el tiempo?
¿Qué haces en la casa todo el tiempo,
con la guitarra, con el celular,
con los libros desempolvados,
frente al televisor,
acostado, parado, sentado tecleando,
yéndote al baño, a la cocina,
discutiendo por nimiedades,
sin pensar el pasado ni el futuro, inmune a la melancolía,
cruzando de este mundo a otro mundo,
del abismo a las nubes,
de la probidad a la infamia,
del entusiasmo a la carencia de propósitos?

¿Qué sufres en tus sueños?
¿Qué le ha pasado a tu pasión?
¿Qué aventuras sonoras has enmudecido?
¿De dónde te ha llegado el afán del sabueso
para el rastreo de tu nombre,
para asumir los rostros de tus máscaras?

Sé que te encuentras páramo abatido
descubriendo alegrías viejas debajo de tus expresiones,
alegrías ajenas a tu espejo,
dichas-ríos llevando lo que eras
y hoy ejercen pesada impavidez;
costumbre que calienta, mañana tras mañana,
la cocina a gas para el mate,
apaga el aire frío y el ventilador
y abre las ventanas para los rayos del sol sobre tu cama.

¡A girar por la casa. Vamos, vamos!,
a dar vueltas y vueltas por el patio,
a existir solo a cada tanto callado en las palabras,
siguiendo la intuición —filosa idea que corta el sí mismo—,
entre trampas tendidas a lo ya asimilado,
extinguiendo esperanzas de encontrar
la paciencia infinita,
el danzante cuello del cisne,
ese cuerpo de sombra que asoma en la memoria
y que intencionalmente recuerda el fin de nuestra suerte.

Si fuera un hombre libre, les ahorraría la carga
de seguir monitoreando mi ostracismo;
y sin mucho pensarlo, sin cuestionar a qué juego jugamos,
ensalzaría a esos héroes que luchan en medio de cadáveres.

Luego de finalizar una tarea difícil


Arañado calígines cristales
de íntimos edenes,
pretendido los labios dulces de la diosa
cautiva del amor humano,
exhausto de la altura...,
te avienes a la voz atávica del polvo.

Irrealizar el sueño,
oponerte a la luz que ciega y renunciar
al néctar de su cáliz prometido,
a tantas nubes como capas de cebolla
tengan su corazón baldío,
finalizar el vuelo
en los mercados y prostíbulos,
en sórdidas callejas del bajo y alto mundo,
y en tertulias ociosas...
son las pinzas que arrancan
los emplastos de imágenes
cubriendo la epidermis del instinto.

viernes, 21 de abril de 2023

Impasible



Disfrutaba su ingenio departiendo
en el círculo joven.
Saltaba chispeante sobre anécdotas
de su diario vivir.

Miro sus manos,
indago cada gesto suyo,
procuro sostener
el cascabel de su mirada,
observo los jardines de sus labios,
las olas de su pecho,
sus pupilas, como el verde en la lluvia,
donando plenitud a la belleza.

¿De dónde esos aullidos que me llaman?

Absorta en sus historias,
reía y cautivaba al auditorio
ajena por completo a mi ilusión.


lunes, 17 de abril de 2023

Vida eterna

¿Vivir eternamente, transitando
una senda infinita de la vida,
más allá de los siglos, ya vencida
toda pasión del alma, no expirando?

¿Y el amor? ¿Qué sería, agonizando
con su edad arruinada, deslucida
la flor en sus colores, recogida
el ansia, y cualquier ímpetu apagando?

¡No, inmortales!, reclamo, en todo caso,
hastiada que esta vida se termine,
con la buena salud que da la suerte;

que persista el poema hasta el ocaso,
y un hartazgo de vida que domine
el corazón para admitir la muerte.


Vida retirada

   «Qué descansada vida
la del que huye del mundanal ruïdo!»
Fray Luís de León


¿ Cómo dice: escapará de la ciudad,
por causa de su terrorismo telefónico,  
por sus odiosas aglomeraciones,
fugitivo, dinámico, 
en busca de la purificación?

¿Que nada desea hacer ya
en esta agitación de voluntades,
en estas calles
donde los cuerpos colisionan
con brusquedad,
y el cielo se escabulle todo el tiempo?

¿Ahí donde ha sido arruinada la quimera,
y nadie quiere detenerse ya
bajo los árboles del parque?
¿Ahí donde los médicos te dicen
que no te dejarán morir,
hasta que ganes un proceso de eutanasia?

Ah, me mira usted y me dice:
«¡huya, huya también usted.
Volemos a los prados,
nademos hacia la nostalgia,
hacia los ríos,
dejemos caminar a los caballos!
No se arrepentirá de huir
del mundanal ruïdo.
El único encanto que guarda la ciudad
es el de sus farmacias y sus putas 
en sus vacías madrugadas».
 
         

sábado, 15 de abril de 2023

En el centro de la ciudad

El concierto del tráfico
ha perdido su llevadera agitación.
Ha vuelto a sus viejas andanzas
de solfear a ciegas
con su ritmo de frenos bruscos
y aullidos de ambulancias,
acrecentando mi conciencia de existir.

Una mordedura de hierros
y caos auditivo,
una música fría y deshonesta,
despellejan mi idea de apreciar
su rancia arquitectura
y la belleza de su espíritu sinfónico.

Han perdido su encanto los balcones,
las cornisas que anidan
ensueños de otros tiempos,
y las risas de jóvenes que ostentan
la luz de tierras prometidas.

La ciudad me ha rendido
a la vieja argucia, a la ley discorde
de atarme con suave cordel
de luces y lujuria en mi cerebro,
a los escaparates
de sus vitrinas comerciales.

Sigues aún









Estás aún. Estás en esta vida
con poca inmensidad en la mirada,
con la desilusión ya destrabada.
Estás con la misión casi cumplida.

Tus pasos son la plenitud perdida
en el camino azul de la cruzada,
y hoy esa senda casi ya borrada
reconoce el carril de la partida.

Pero sigues aún y es lo importante,
pues tu sangre recorre hoy tus venas,
libre de la agonía y sus cadenas.

Y llevas en tu pecho lo restante:
la materia esencial, el elemento
de tus obras dictando el testamento.

miércoles, 12 de abril de 2023

El puente

Entre nuestras orillas
busco zanjar
nuestro último abismo
para unificar nuestras ganas.

Extiéndase al deseo,
a la sed táctil que placiera,
al libre tránsito carnal,
al son de las campanas y los vítores.

Expectante en el tiempo,
tiéndase el puente;
sus bloques, asentados sean
por la ilusión de dicha y besos.

Como un cable con pájaros, temblar
sediento de los diarios trinos,
de los rodeos de cintura en sus barandas,
de nuestras hambres de cruzarlo.

martes, 11 de abril de 2023

El amor que te tengo ha leído a Neruda

                                                                     «Y como yo te amo, los pinos en el viento,  
                                                 quieren cantar tu nombre con sus hojas de alambre»:
                                                                                                Pablo Neruda. Poema 18.


El amor que te tengo
está ligado a las antiguas ciencias,
puede leer sin manchas
tus oscuras constelaciones,
futuros que los astros predicen sin rodeos,
y con matemática conjetura sabe
cortar el nudo gordiano del fracaso.

Reconoce la gloria del instante,
el alfabeto del orgasmo,
los miedos del instinto,
la evocación de la inocencia,
las ciudades que fueron incendiadas
por furiosos amantes,
y las horas del día que te traen a casa.

El amor que te tengo
ha leído a Neruda hasta el cansancio,
y sabe convertirse en labios humeantes,
el canto que te ama, la lluvia que te nombra,
los pinos en el viento con sus hojas de alambre.

lunes, 10 de abril de 2023

Vasto desierto



La intensa luz en el desierto
extiende el horizonte al infinito
ante la tímida mirada. Sabes
que esa comarca es tu memoria,
tu identidad perfecta, tu destino.

Vasto silencio y honda inmensidad
surgen ante la urgencia peregrina.
En el orden perfecto de la arena
vas construyendo surcos
de colina en colina.

Andando sobre las candentes dunas
hacia el orgullo calcinado,
hormiguea en la blanca arena,
como el reflejo de señales tristes
que llegan desde el cielo,
el hombre cíclico.

Sin lluvias, sin ríos, sin mares,
el aire hierve áspero y hostil.
Vulnerable y expuesto, sin saberlo,
sin otro rumbo en la arena infinita,
oliscas la impiedad de los depredadores.



domingo, 2 de abril de 2023

La irrupción impertinente del canto de los grillos



Me detengo a oír un estrepitoso coro de grillos
tratando de ajustar el tono de su bulla. Pero oír su tono
de empalago es insoportable. No deseo participar
de esta monodia auditiva. ¡Cállense ya, apaguen
ese traqueteo, esa desilusión armónica!

Después de la llegada del silencio,
en el oído sigue retumbando esa forma primitiva de intentar el canto,
esa aún victoria de la cadencia, esa lucha tediosa por el ritmo.

Y la mente sufre la callada repentina de los grillos
pues volverán para practicar con la animosidad de mi madre
en su máquina a pedal, acompañando el repiqueteo de la lluvia.
Me espera una noche espesa como los pétalos de los pimpollos,
y voy a mirar en el silencio la señal de arranque, el primer trueno.

Me han dicho que el humo del cigarro puede traerme la paz,
pero ya no concibo envenenar mis pulmones, ni siquiera pasivamente.
Tal vez las ganas de comer un pedazo de pan con queso
acompañado de un buen vino
no sea mala idea, mientras espero la irrupción insoportable,
impertinente, del canto primitivo de los grillos.

sábado, 1 de abril de 2023

Sublime adolescencia



La guitarra ladea su contorno
a contraluz de la ventana;
y un ángel delicado, sin músculos aún,
entona su balada favorita,
ajeno a la belleza que trasmite,
a su propia sublime juventud.

La vida, en su rigor tajante,
desiste, sin embargo, todavía
de apuntar con sus dedos índices
para exigirle saco, corbatas y rutina.

Las vírgenes vestales le besan la mejilla
con labios en la miel de las abejas,
y atesoran el fuego en su virtud,
pues libre existe él, aún,
del artero puñal
que hiere el corazón de los amantes.

Alegres aleteos de rubias mariposas
orbitan las caléndulas del día;
duendes locos se adueñan de la casa,
trinchando panes, abriendo la heladera;
y un pájaro gigante, en marcha hacia el futuro,
se para en el alféizar y le ofrece
sus alas poderosas
para el volar azul en la existencia.

Ahí está, bajo el zumo de la tarde,
abierto el corazón a la ventura,
clausurada la puerta de su mundo
a todo mi presente,
cantando la nostálgica canción
de lo que he perdido.

Este día será para los ojos



Este día será consagrado a la mirada,
los ojos deberán primar en este día,
deberán las imágenes del mundo
meterse en las retinas
y llegar a los tuétanos profundos del espíritu.


No imperará fatiga
para el dulce mirar en la ventana,
como si el cuerpo sólo
existiese sentado y tieso
para que la existencia se apiñara en los ojos,
para que el infinito azul tiñese
las marrones pupilas.


Para que otro hombre estalle
desde el mórbido cuerpo,
tapado con las alas gigantescas del futuro;
para que el mismo hombre pueda seguir su vida
con la mirada puesta en el instante.