sábado, 30 de mayo de 2020

Descripción de la esperanza


Aquellos ojos
que te miraban y te perdieron,
no reposan en otras impresiones,
en otras almas;
incansables observan sucesos obligados,
rostros sombríos de reclusos en el tiempo,
todas imágenes opacas, tristes.

Y no se queda atrás el corazón:
camina vías indolentes
ante horizontes vanos.

No te describo una agonía
sino la ávida ilusión de que los ojos,
aunque hoy ciegos,
no han perdido su iris sensitivo;
y el corazón, aunque callado, sigue
latiendo por lo que desea rescatar.

jueves, 28 de mayo de 2020

Definiciones



A Esteban Granado
Hola.


Hola es una sensación de mecánica incomodidad mutua.
«Rojo es el labio que arrebata al tiempo los besos prometidos».
Absurdo es los cuerpos que giran en torno a las estrellas apagadas.
Ahora es una ballena que agoniza en la arena del Yo.
Alcohol es una puta que siempre está de acuerdo con uno.
Amor es la espina debajo de las uñas que no queremos arrancar.
Cielo es un lugar donde un niño se mete en la boca de un tigre.
Dicha es viajar por el mundo sobre los hombros de un niño.
Dinero es la consecuencia de que no podamos cargar una caja fuerte.
Dios es la última tabla avistada después del naufragio.
Droga es un canal de información estrictamente privado.
Eureka es la voz cuando encuentra ángeles tercos en el espíritu.
Fortaleza es el ánimo que materializa los deseos suicidas del mártir.
Hastío es la tramoya de hacer cuentos infantiles para adultos.
Hoy es una galaxia de ideas girando sin dirección ni orden.
Impiedad es defender con argumentos la ira de Dios.
Muerte es una arena movediza que espera en el camino del tiempo.
Nación es una multitud de pájaros deseando volar hacía el deshielo.
Neuralgia es el brío encrespado en la llanura del silencio.
Odio es el cielo estrellado de los encadenados perpetuos.
Patria es el matrimonio arreglado que imponen los padres.
Piedad es aplastar un gusano intruso con el taco del zapato.
Poesía es una diosa que hace en el alma cirugía estética reconstructiva.
Reticulado es el canto del grillo porque su flexión es despreciable.
Senectud es un estómago repleto gritando sus ganas de cenar.
Sexo es una boca de víbora que se alimenta de otras víboras.
Sociedad es una sopa de verduras de nuestra madrastra.
Sonrisa es una mueca de agradecimiento al cosquilleo interior.
Suicidio es la excusa perfecta para una ambición insatisfecha.
Tacaño es una desordenada cabellera que vende su peine por codicia.
Tú es la razón de las extremidades inflamadas y de la falta de calles.
Usura es vender tu vaca para seguir siendo dueño de una parte de su leche.
Vida es el arte de caminar por los alambres de la ocurrencia.
Y este texto es una carencia indeterminada de escrúpulos.
Yo es un corazón palpitante con pasado detenido en el futuro.
Ah, adiós es un levantar los brazos de la tiranía del recuerdo.


Adiós.

lunes, 25 de mayo de 2020

El puñal de tu olvido

Ayer era en nosotros los bríos de la carne,
mil pájaros del alba cantando nuestros besos;
carcajadas de amantes, nuestras horas alegres,
colmados los jardines de sueños y futuro.

Hoy el deseo, como un perro fiel, 
lame nuestra melancolía,
y clava su inquietud a nuestra alcoba;
ya no besas
como besa la noche al río,
ya no se abren tus labios
como se abren las rosas a las constelaciones.

No quisiera llevarme
este racimo cotidiano de distancias,
estas fotos cortadas longitudinalmente
para dejarte fuera del retrato,
la indiferencia ante el amor 
que implora restaurarlo todo.

Tal vez mi muerte
no precise tus lágrimas hipócritas, 
ni blancos mausoleos donde
vestir tu indiferencia de negro inmaculado;
ni aura de héroe caído en tu desprecio.

Quizás sólo me muera en tu memoria
agonizando de mi culpa,
y el puñal de tu olvido en sangre
asumiendo su crimen.



sábado, 23 de mayo de 2020

Razones para no volver a casa

He roto los cristales de las lágrimas,
he incendiado los bosques de la risa
en el alma desierta de mis pájaros,
en la memoria
repleta de recuerdos tuyos.

He roto con mi canto de melodías rotas,
con mis serpientes grises
soñando en los cobijos del futuro,
con la tumba en mi cuerpo
y un llévenme a la nada.

Por la calle desierta, sin putas ni peatones,
ambas manos hundidas en los huecos bolsillos,
a cada paso de mi marcha,
al tiempo de avanzar
hacia el rincón propicio de un café,
las vuelvo puños.

Quédate tú con nuestras almohadas,
que yo tendré este amanecer fantástico
para mí solo.

viernes, 22 de mayo de 2020

Mi amante bebía raudales de whisky


Era una muchacha brutal de cuerpo
que golpeaba su vaso de whisky contra la mesa
siempre que lo vaciaba (era mi muchacha);
y el mozo, un joven tímido, dudaba en la recarga
hasta que ella gritaba: «Viva la autodestrucción»,
mientras amenazaba con quitarse la blusa.
El mozo hacía coro y volvía a cargar su vaso.

A partir de aquellos excesos se inició mi guerra.
Necesité francotirotear a cada señorito
que mostraba sus blancos dientes y su sonrisa tonta,
hasta que se creó una casta de calentones reprimidos.
El propietario me propuso que la guerra sea su guerra
y hacía que me sintiese el dueño del bar
(el muy ladino pretendía también a mi chica).
Por suerte estaba yo libre de vanidad.
sin tarjeta de crédito para ser esquilmado.

Ella, una vez, como provocación, me interrogó:
«Si tanto te molestan estos hombres que me persiguen,
¿por qué seguimos trasnochando en este bajo fondo?»
Yo le dije: «Porque si aquí te acostumbras a amarme,
me amarás muchas noches, noche tras noche,
serás tan seductora como una perra en celo,
me cargarás sobre tus hombros cuando esté borracho
y crucemos los charcos de aguas servidas,
te será indiferente que las sillas sean de plástico,
te dará igual que el whisky sea de maíz, Kentucky o de Georgia,
no te impresionarán los músculos viriles, los bíceps
que pretendan lograr tu cama con sus contorsiones.
Me amarás más allá del aullido de la manada.
Me amarás en cada vaso de whisky que te bebas».

jueves, 21 de mayo de 2020

desnacer


Lo que debes preferir a todo es, para ti mortal, lo imposible:
es no haber nacido, no ser, ser nada (Sileno).

mis párpados se abren y se cierran
mis pupilas sufren la intensa luz
mi grito es un eco cavernario
mis labios se dilatan con ansias de succión

nada comprendo aún sobre mi ser

me han arrancado de mi dulce sueño
contraigo mis perplejos músculos
mis oídos padecen el enjambre de voces
me domina el atávico terror

todo comprendo entonces de mi ser

quiero el retroceso de mi parto brutal
quiero mi tibio útero y su infinita paz
quiero de nuevo mi inexistencia
quiero de nuevo mi eternidad


miércoles, 20 de mayo de 2020

Mi gato nocturno

Los sigilosos gatos cometen la osadía de tajar la noche; y ésta, como una catapulta, arroja su vacío mancillado sobre nuestro desorbitado insomnio. Como lascivos duendes, emprenden el trajín hasta el brocal del alba, y sus desmelenadas testas se tuercen en atroces llamados a la luna, rozando los tejados, las cornisas, en saltos de acrobacia pasional, mientras siguen las horas clavando en la memoria las garras incitantes.

Se inventa, entonces, mi fiel gato, su fogosa gata, y sale a retener el aire enrarecido de la medianoche. Su peso de conciencia cargada ya de ardores lo estimula y lo lleva a buscar ese apareo heroico y suplicante, aquella agitación de la torpeza, la mirada amarilla del deseo, la angustia de la carne lacerada, el placer de sentir la vida como una herida abierta, como una causa que bien vale el grito eternizado del instinto.

Cuando amanece es un gato exánime, adormilado e indolente que sólo ansía prolongar el sueño, el roce de la sábana y el cálido contacto de mis pies, ronroneando con dulzura como si nada hubiese acontecido.

martes, 19 de mayo de 2020

Si bastara la piel


Si bastara la piel con sus derroches 
para el amor que nunca muere,
el soplo de los dioses viriles,
el sí de Eros y Afrodita,
las sábanas al suelo, abrazos viscerales
y una estela de músculos heroicos en la noche.

Si alcanzara la mutua afinidad
por la sangre, las rosas de la sangre,
por las penumbras sudorosas;
y fuesen las serenas lluvias de las risas
la esperanza del cántaro
para embeber tus labios --¡todo tu cuerpo!--,
con el tibio desnudo del amor.

Si tan sólo el deseo nos bastara
sucumbiría esta tristeza impura
—grieta del dique de mi alma—;
y cada instante de desvelo
sería esclusa abierta a tu corriente
para anegar mi hastío hasta ahogarlo.

No sentiría la crueldad de la materia,
su límite de carne.

Desde el fondo de mí mismo

Al ojo de la sima, el árbol de las rémoras,
invencible en la ráfaga gloriosa de la altura,
mantiene en la contienda su raíz en la cima
y el efluvio de sombras al fondo del abismo.

En el profundo lecho agonizo, atrapado
bajo tupida fronda, vedado de las nubes.
Con briosa rebeldía quisiera sustraerme
la eterna oscuridad que mi rostro disfraza.

Por años he intentado escalar estos muros
para huir de la sombra, por años los follajes
me rehúsan el sol, no logro someter
la infame exuberancia con humanos arrojos.

Y la vida no alcanza para esperar del tiempo
su sed en la sequía, su tardo sucumbir.

Tardes primordiales

Ah, tardes de la antigua edad del mundo
cargadas de estupor y lejanías,
crepúsculos fluyendo en agonías
sangrantes del incógnito profundo.

Visiones ateridas en conciertos
de brillos en el sol de los ocasos.
Estoicas tardes de suicidas pasos
escrutadas por ojos inexpertos.

Desamparados los primeros hombres
en intemperies gélidas, tallada
la mendiga oquedad y abandonada
en grutas hoscas. Héroes sin nombres.

Tardes de luz —secreta vastedad—,
horas yertas y lluvias torrenciales,
homínidos errando primordiales
con auras ya de humana eternidad.


lunes, 18 de mayo de 2020

Invocación a Mefisto

Para cantar, Mefisto, los eternos
cantares, ¿qué te diera de mi suerte?
¿Mis últimos albures y, en mi muerte,
el alma, como Fausto, a los infiernos?

¿Y en canje por la pura poesía?
En la ansiedad azul de mi obsecuencia,
con afónica voz, sin elocuencia,
sólo entono pueril melancolía.

Si me dieras el sueño de las rosas,
el numen de las almas luminosas,
el ruiseñor de Keats, su azul latido,

te concediese, como el fiel inFausto,
mi eternidad de pira en holocausto
y unos versos inmunes al olvido.


sábado, 16 de mayo de 2020

Góngora

Maestro del estilo culterano:
izado tu pendón en las lejanas
praderas del Parnaso, las arcanas
fosas celebran tu esplendor humano.

Tras tu paciente empeño de artesano
tus versos lucen pulcras filigranas,
líricas reflexiones y mundanas
voces que son orgullo castellano.

Obsequiaste a los hombres culto coro
en impasible lucha; y al final
de tu vida, en el mísero decoro,
oíste el son del cántico inmortal.

Vate de la ampulosa Soledad
sorteas otro siglo más de edad.

jueves, 14 de mayo de 2020

Yo y los otros

Son incontables hombres los que pude
existir, como tantos los caminos.
Una duda mi espíritu sacude:
¿qué leyes determinan los destinos?

Tantas sendas posibles en la vida
y todas se mostraban transitables;
mas una, sin embargo, fue elegida
por cábalas celestes e insondables.

Aquellos hombres que jamás he sido,
suceden en submundos paralelos
a esta voluntad de haber nacido. 

Querría descubrir la causa, el nido,
y descorrer los misteriosos velos:
¿por qué arbitraje soy el que ha vivido?

miércoles, 13 de mayo de 2020

Ante el tedio de la vida

Tejer en el sopor, en la maraña
lánguidamente gris del sentimiento,
un chal de pequeñez y abatimiento,
un tejido de oscura telaraña.

Menospreciar la venerable hazaña
de ver sufrir rebelde el pensamiento,
como olvidado místico harapiento
en la choza perdida y ermitaña.

Aunque, debilitado y anhelante
en las garras del tedio, jadeante
el vuelo, frío el aire y triste el canto,

nunca olvidar que, aunque corriese umbría
la existencia, ella es única porfía,
y es humano verter por ella el llanto.

lunes, 11 de mayo de 2020

Guerra al ingrato

1
Fuimos amigos francos; tal así,
que cuando una falsía de su amada
le dejó con la dicha destrozada,
en sus detalles íntimos viví.
Y cuando el corazón con frenesí
latía; y la virtud, encadenada
a las vivencias dulces, ya olvidada
por ella, se escurría, yo le di
coraje, fuerza, hombro y el sincero
entusiasmo del noble compañero.
Pero todo fue inútil: decidido
a vender su alma al diablo por dinero,
farsante, con la piel del mal nacido,
hizo de la amistad arte fingido.

2
¡Aleluya! ¡Aleluya!, por la guerra
que se viene con su tambor batiente,
que levanta al soldado combatiente,
y el tedio del espíritu destierra.

¡Albricias!, por la vida vil y perra
que llevará, después de ser su mente
vencida por mi astucia que, invidente,
obstruye los colores de la tierra.

Mi condición humana pide a gritos
victoria y embriaguez, brutales ritos
que laceren la mística enemiga.

No soy furia del tigre provocado
en busca de venganza, soy el prado
donde la inmensidad es quien castiga.

sábado, 9 de mayo de 2020

Me has dicho que quieres separarte de mí


Me has dicho: «separémonos, entonces,
ya que no puedes conformarte
con la mujer que soy gracias a ti».
Entiendo, quieres descargar tus pájaros rebeldes
en mi agradable pajarera,
donde no se admiten chillidos desquiciados.
Deseas una vida que en el fondo no quieres,
un concierto de Bach donde esperabas
las dulces melodías de Chopín.
El cielo se cubre de nubes negras
a pesar de los cimientos eróticos
que día a día nos sostiene.
¿Por qué niegas tu juramento
de acostarte conmigo cuando yo quisiera?
¿Por qué no es verdad
tu promesa de nunca confrontarme en la cama?
Apenas un aullido de defensa
te ha marcado con fuego
y dices que no me perdonarás la borrachera.
¿De qué sirve todo lo que te amé?
Dime: ¿por qué yo antes
era un hombre feliz entre tus brazos?
Argumenta, expón tus razones,
busca excusas en los apasionados
manoseos con los que te cubrí,
en esa forma dislocada de hacerte el amor.
Acúsame de haberme desatado
sobre tu bajo vientre. Cúlpame
por haberme caído en la pasión extrema.
Me has dicho: «separémonos, entonces».
Yo te digo: ¿por qué mejor no te desnudas?


viernes, 8 de mayo de 2020

Reflexión sobre el fracaso

Van pasando los años; y la vida
como abanico se abre a la conciencia,
donde exhibe con cruda transparencia
en la memoria los traspiés que anida.

Miramos resignados nuestros hechos
de aquel ayer de rumbo displicente,
y estamos hoy, infortunadamente,
de cosechar fracasos satisfechos.

Nos preguntamos: ¿quién, en el concierto
de los seres que hostigan el destino,
es el que siempre trunca la victoria?

¿Y cómo hallar en el hostil desierto,
la blanca luz que evite el gris camino
del tedio existencial, la fiel escoria?