Te
sientes complacido cuando
surgen palabras silenciosas, nobles y azuladas,
y la belleza llueve desde las imágenes
sobre tu corazón entusiasmado,
y la belleza llueve desde las imágenes
sobre tu corazón entusiasmado,
y
la voz del poema se levanta
con
el ritmo candente de la sangre
para
cantar con todos sus recursos
el
estandarte y la corona.
Ahí
la gloria ofrece
las brújulas, las luces de los faros,
las brújulas, las luces de los faros,
el
navío que desea transportar
las
ambiciones satisfechas.
De aquel sueño de la adolescencia
De aquel sueño de la adolescencia
son
tantas tachaduras,
tanta
guerra callada, la victoria
de
tu aleteo para no caer.