sábado, 30 de mayo de 2020

Descripción de la esperanza


Aquellos ojos
que te miraban y te perdieron,
no reposan en otras impresiones,
en otras almas;
incansables observan sucesos obligados,
rostros sombríos de reclusos en el tiempo,
todas imágenes opacas, tristes.

Y no se queda atrás el corazón:
camina vías indolentes
ante horizontes vanos.

No te describo una agonía
sino la ávida ilusión de que los ojos,
aunque hoy ciegos,
no han perdido su iris sensitivo;
y el corazón, aunque callado, sigue
latiendo por lo que desea rescatar.