domingo, 30 de abril de 2023

¿Dónde estás?



¿En dónde estás en esta noche sin siseos,
sin Dios a quien clamar,
si no estás arañando revertir
la turbación que siento al verte
en placidez dormida?
Antes no conciliabas el sueño sin mí.

Si estás tan próxima existiendo
y yo te veo al otro lado de mis mares,
es como si jamás hubiésemos jurado
la pasión que nos tuvo
por años caminando a besos las arenas.

Ahora, sólo en el invierno duro
te rozas, huyendo del frío, a mí,
como una rama tímida
que toca el agua del arroyo
en época de lluvias
y luego de una gran crecida.

Es como si uno de los dos
se hallase muerto para el otro,
o como si uno de los dos
compartiera alcoba con un cadáver.

Aquellos años de amor

 

Entonces el verano estaba en la espiral de nuestras risas;
y eran los bosques de tus labios, para mi alma migrante,
nidos que pretendían reponer las aves
traviesas de mi juventud.

Me sentía seguro al caminar la cuerda floja,
de vencer el trapecio de la muerte, de herir mi soledad,
trasponiendo los vértigos
donde luchaba por vencer mi hombría inútil.

Hace años que cae mi mirada
sobre tu pecho, sobre tus piernas rectas,
sobre tu manera de caminar
que alborota el supermercado.

Pero recién ahora veo
mis convicciones que nacieron
del oculto misterio
de una pasión de sangre de incandescente carne y hueso.

sábado, 29 de abril de 2023

Lento de ilusiones



De la noche, no logro hace tiempo
compartir sus recónditos temblores,
verterme en el espejo de su hambre
y atiborrar mi tigre,
porque la luna miente y se desliza lóbrega
por el despeñadero de su espalda,
porque la noche miente y le musita
sus canciones de olvido,
porque soy lento de ilusiones,
de consentir las mimosas argucias
que encienden los indicios
en la costumbre de los otros días.

lunes, 24 de abril de 2023

El glóbulo perdido


En tus entrañas, mundo mío,
desorientado anduve por tus ríos de sangre,
nadando con aprieto las espesas corrientes,
tímido, siempre temeroso de enfrentarme a los virus de la angustia.

Cuánto quería yo volverme tamborillero de mi infancia
y luego monaguillo, recolector de canastillas, hijo de todas las iglesias,
y luego hijo de papá, con anteojos, risa dorada, modales afectados,
y luego el chico alegre confesándole al tiempo: «cuando grande seré aviador»,
y luego rápido a crecer porque el orgasmo rastreaba ya su término primario.

Úlcera me causaban las calles donde yerra la miseria,
me derramé sobre las casas cerradas por el gran dictador,
y en sus nocturnas plazas vacías me iba a orinar canciones
con la incontinencia del joven rebelde que adora la libertad.
—¡Salud! —me decía un mendigo que huía del frío por toda la eternidad,
y los cuervos con sus roncas siringes cantaban sus preludios de muerte.

Mi ataúd era espuma de las noches, donde hermosas rameras
desinhibidamente fornicaban en lento amanecer.

¡Qué delirio de azul inmensidad me sostenía!
Rico en agobios suspiraba por cornisas de altas azoteas
esperando mensajes de palomas, noticias de otras guerras,
invitación al odio donde gastar mi tedio matando grillos de canciones átonas.

Ahora soy el glóbulo perdido de este cuerpo atomizado,
el hematoma atroz, la purulencia fétida, la bacinica de las monjas azules,
hermanas de la caridad que adoran con candor mi agonía.
Soy la célula cambiaria, el detritus que resbala
por las alcantarillas de mi digestión hasta el pozo ciego cada día.

domingo, 23 de abril de 2023

La lucha de no ser nadie


¿Qué haces con tu tiempo todo el tiempo?
¿Qué haces en la casa todo el tiempo,
con la guitarra, con el celular,
con los libros desempolvados,
frente al televisor,
acostado, parado, sentado tecleando,
yéndote al baño, a la cocina,
discutiendo por nimiedades,
sin pensar el pasado ni el futuro, inmune a la melancolía,
cruzando de este mundo a otro mundo,
del abismo a las nubes,
de la probidad a la infamia,
del entusiasmo a la carencia de propósitos?

¿Qué sufres en tus sueños?
¿Qué le ha pasado a tu pasión?
¿Qué aventuras sonoras has enmudecido?
¿De dónde te ha llegado el afán del sabueso
para el rastreo de tu nombre,
para asumir los rostros de tus máscaras?

Sé que te encuentras páramo abatido
descubriendo alegrías viejas debajo de tus expresiones,
alegrías ajenas a tu espejo,
dichas-ríos llevando lo que eras
y hoy ejercen pesada impavidez;
costumbre que calienta, mañana tras mañana,
la cocina a gas para el mate,
apaga el aire frío y el ventilador
y abre las ventanas para los rayos del sol sobre tu cama.

¡A girar por la casa. Vamos, vamos!,
a dar vueltas y vueltas por el patio,
a existir solo a cada tanto callado en las palabras,
siguiendo la intuición —filosa idea que corta el sí mismo—,
entre trampas tendidas a lo ya asimilado,
extinguiendo esperanzas de encontrar
la paciencia infinita,
el danzante cuello del cisne,
ese cuerpo de sombra que asoma en la memoria
y que intencionalmente recuerda el fin de nuestra suerte.

Si fuera un hombre libre, les ahorraría la carga
de seguir monitoreando mi ostracismo;
y sin mucho pensarlo, sin cuestionar a qué juego jugamos,
ensalzaría a esos héroes que luchan en medio de cadáveres.

Luego de finalizar una tarea difícil


Arañado calígines cristales
de íntimos edenes,
pretendido los labios dulces de la diosa
cautiva del amor humano,
exhausto de la altura...,
te avienes a la voz atávica del polvo.

Irrealizar el sueño,
oponerte a la luz que ciega y renunciar
al néctar de su cáliz prometido,
a tantas nubes como capas de cebolla
tengan su corazón baldío,
finalizar el vuelo
en los mercados y prostíbulos,
en sórdidas callejas del bajo y alto mundo,
y en tertulias ociosas...
son las pinzas que arrancan
los emplastos de imágenes
cubriendo la epidermis del instinto.

viernes, 21 de abril de 2023

Impasible



Disfrutaba su ingenio departiendo
en el círculo joven.
Saltaba chispeante sobre anécdotas
de su diario vivir.

Miro sus manos,
indago cada gesto suyo,
procuro sostener
el cascabel de su mirada,
observo los jardines de sus labios,
las olas de su pecho,
sus pupilas, como el verde en la lluvia,
donando plenitud a la belleza.

¿De dónde esos aullidos que me llaman?

Absorta en sus historias,
reía y cautivaba al auditorio
ajena por completo a mi ilusión.


lunes, 17 de abril de 2023

Vida eterna

¿Vivir eternamente, transitando
una senda infinita de la vida,
más allá de los siglos, ya vencida
toda pasión del alma, no expirando?

¿Y el amor? ¿Qué sería, agonizando
con su edad arruinada, deslucida
la flor en sus colores, recogida
el ansia, y cualquier ímpetu apagando?

¡No, inmortales!, reclamo, en todo caso,
hastiada que esta vida se termine,
con la buena salud que da la suerte;

que persista el poema hasta el ocaso,
y un hartazgo de vida que domine
el corazón para admitir la muerte.


Vida retirada

   «Qué descansada vida
la del que huye del mundanal ruïdo!»
Fray Luís de León


¿ Cómo dice: escapará de la ciudad,
por causa de su terrorismo telefónico,  
por sus odiosas aglomeraciones,
fugitivo, dinámico, 
en busca de la purificación?

¿Que nada desea hacer ya
en esta agitación de voluntades,
en estas calles
donde los cuerpos colisionan
con brusquedad,
y el cielo se escabulle todo el tiempo?

¿Ahí donde ha sido arruinada la quimera,
y nadie quiere detenerse ya
bajo los árboles del parque?
¿Ahí donde los médicos te dicen
que no te dejarán morir,
hasta que ganes un proceso de eutanasia?

Ah, me mira usted y me dice:
«¡huya, huya también usted.
Volemos a los prados,
nademos hacia la nostalgia,
hacia los ríos,
dejemos caminar a los caballos!
No se arrepentirá de huir
del mundanal ruïdo.
El único encanto que guarda la ciudad
es el de sus farmacias y sus putas 
en sus vacías madrugadas».
 
         

sábado, 15 de abril de 2023

En el centro de la ciudad

El concierto del tráfico
ha perdido su llevadera agitación.
Ha vuelto a sus viejas andanzas
de solfear a ciegas
con su ritmo de frenos bruscos
y aullidos de ambulancias,
acrecentando mi conciencia de existir.

Una mordedura de hierros
y caos auditivo,
una música fría y deshonesta,
despellejan mi idea de apreciar
su rancia arquitectura
y la belleza de su espíritu sinfónico.

Han perdido su encanto los balcones,
las cornisas que anidan
ensueños de otros tiempos,
y las risas de jóvenes que ostentan
la luz de tierras prometidas.

La ciudad me ha rendido
a la vieja argucia, a la ley discorde
de atarme con suave cordel
de luces y lujuria en mi cerebro,
a los escaparates
de sus vitrinas comerciales.

Sigues aún









Estás aún. Estás en esta vida
con poca inmensidad en la mirada,
con la desilusión ya destrabada.
Estás con la misión casi cumplida.

Tus pasos son la plenitud perdida
en el camino azul de la cruzada,
y hoy esa senda casi ya borrada
reconoce el carril de la partida.

Pero sigues aún y es lo importante,
pues tu sangre recorre hoy tus venas,
libre de la agonía y sus cadenas.

Y llevas en tu pecho lo restante:
la materia esencial, el elemento
de tus obras dictando el testamento.

miércoles, 12 de abril de 2023

El puente

Entre nuestras orillas
busco zanjar
nuestro último abismo
para unificar nuestras ganas.

Extiéndase al deseo,
a la sed táctil que placiera,
al libre tránsito carnal,
al son de las campanas y los vítores.

Expectante en el tiempo,
tiéndase el puente;
sus bloques, asentados sean
por la ilusión de dicha y besos.

Como un cable con pájaros, temblar
sediento de los diarios trinos,
de los rodeos de cintura en sus barandas,
de nuestras hambres de cruzarlo.

martes, 11 de abril de 2023

El amor que te tengo ha leído a Neruda

                                                                     «Y como yo te amo, los pinos en el viento,  
                                                 quieren cantar tu nombre con sus hojas de alambre»:
                                                                                                Pablo Neruda. Poema 18.


El amor que te tengo
está ligado a las antiguas ciencias,
puede leer sin manchas
tus oscuras constelaciones,
futuros que los astros predicen sin rodeos,
y con matemática conjetura sabe
cortar el nudo gordiano del fracaso.

Reconoce la gloria del instante,
el alfabeto del orgasmo,
los miedos del instinto,
la evocación de la inocencia,
las ciudades que fueron incendiadas
por furiosos amantes,
y las horas del día que te traen a casa.

El amor que te tengo
ha leído a Neruda hasta el cansancio,
y sabe convertirse en labios humeantes,
el canto que te ama, la lluvia que te nombra,
los pinos en el viento con sus hojas de alambre.

lunes, 10 de abril de 2023

Vasto desierto



La intensa luz en el desierto
extiende el horizonte al infinito
ante la tímida mirada. Sabes
que esa comarca es tu memoria,
tu identidad perfecta, tu destino.

Vasto silencio y honda inmensidad
surgen ante la urgencia peregrina.
En el orden perfecto de la arena
vas construyendo surcos
de colina en colina.

Andando sobre las candentes dunas
hacia el orgullo calcinado,
hormiguea en la blanca arena,
como el reflejo de señales tristes
que llegan desde el cielo,
el hombre cíclico.

Sin lluvias, sin ríos, sin mares,
el aire hierve áspero y hostil.
Vulnerable y expuesto, sin saberlo,
sin otro rumbo en la arena infinita,
oliscas la impiedad de los depredadores.



domingo, 2 de abril de 2023

La irrupción impertinente del canto de los grillos



Me detengo a oír un estrepitoso coro de grillos
tratando de ajustar el tono de su bulla. Pero oír su tono
de empalago es insoportable. No deseo participar
de esta monodia auditiva. ¡Cállense ya, apaguen
ese traqueteo, esa desilusión armónica!

Después de la llegada del silencio,
en el oído sigue retumbando esa forma primitiva de intentar el canto,
esa aún victoria de la cadencia, esa lucha tediosa por el ritmo.

Y la mente sufre la callada repentina de los grillos
pues volverán para practicar con la animosidad de mi madre
en su máquina a pedal, acompañando el repiqueteo de la lluvia.
Me espera una noche espesa como los pétalos de los pimpollos,
y voy a mirar en el silencio la señal de arranque, el primer trueno.

Me han dicho que el humo del cigarro puede traerme la paz,
pero ya no concibo envenenar mis pulmones, ni siquiera pasivamente.
Tal vez las ganas de comer un pedazo de pan con queso
acompañado de un buen vino
no sea mala idea, mientras espero la irrupción insoportable,
impertinente, del canto primitivo de los grillos.

sábado, 1 de abril de 2023

Sublime adolescencia



La guitarra ladea su contorno
a contraluz de la ventana;
y un ángel delicado, sin músculos aún,
entona su balada favorita,
ajeno a la belleza que trasmite,
a su propia sublime juventud.

La vida, en su rigor tajante,
desiste, sin embargo, todavía
de apuntar con sus dedos índices
para exigirle saco, corbatas y rutina.

Las vírgenes vestales le besan la mejilla
con labios en la miel de las abejas,
y atesoran el fuego en su virtud,
pues libre existe él, aún,
del artero puñal
que hiere el corazón de los amantes.

Alegres aleteos de rubias mariposas
orbitan las caléndulas del día;
duendes locos se adueñan de la casa,
trinchando panes, abriendo la heladera;
y un pájaro gigante, en marcha hacia el futuro,
se para en el alféizar y le ofrece
sus alas poderosas
para el volar azul en la existencia.

Ahí está, bajo el zumo de la tarde,
abierto el corazón a la ventura,
clausurada la puerta de su mundo
a todo mi presente,
cantando la nostálgica canción
de lo que he perdido.

Este día será para los ojos



Este día será consagrado a la mirada,
los ojos deberán primar en este día,
deberán las imágenes del mundo
meterse en las retinas
y llegar a los tuétanos profundos del espíritu.


No imperará fatiga
para el dulce mirar en la ventana,
como si el cuerpo sólo
existiese sentado y tieso
para que la existencia se apiñara en los ojos,
para que el infinito azul tiñese
las marrones pupilas.


Para que otro hombre estalle
desde el mórbido cuerpo,
tapado con las alas gigantescas del futuro;
para que el mismo hombre pueda seguir su vida
con la mirada puesta en el instante.