La intensa luz en el desierto
extiende el horizonte al infinito
ante la tímida mirada. Sabes
que esa comarca es tu memoria,
tu identidad perfecta, tu destino.
Vasto silencio y honda inmensidad
surgen ante la urgencia peregrina.
En el orden perfecto de la arena
vas construyendo surcos
de colina en colina.
Andando sobre las candentes dunas
hacia el orgullo calcinado,
hormiguea en la blanca arena,
como el reflejo de señales tristes
que llegan desde el cielo,
el hombre cíclico.
Sin lluvias, sin ríos, sin mares,
el aire hierve áspero y hostil.
Vulnerable y expuesto, sin saberlo,
sin otro rumbo en la arena infinita,
oliscas la impiedad de los depredadores.
el aire hierve áspero y hostil.
Vulnerable y expuesto, sin saberlo,
sin otro rumbo en la arena infinita,
oliscas la impiedad de los depredadores.
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