sábado, 28 de diciembre de 2019

Diosa coronada


Era yo un dios náufrago
voluptuosamente anclado en su cama,
y la sal
de sus olas níveas
y el efluvio del misterio
eran mis aromas.

A veces, cavernario, observaba
sus muslos a la lumbre y al aceite,
su ensoñación de ave entre mis manos,
su risa que afilaba las piedras,
y la amaba
con la dicha que hace vencer las intemperies.

«Ah, traviesa gacela de las horas del día».

Cuando todos mis esfuerzos
confluyeron en su boca,
me hice omnipotente entre sus sábanas,
y a ella le nació
una diadema de diosa entre las sienes.

viernes, 27 de diciembre de 2019

Mientras duermes

Te has dormido, justo
cuando la noche empieza a llenarse de tactos,
el cielo está en su día libre, y llueves
a cántaros desnuda en mi memoria
sobre mi cuerpo suspendido en la vigilia.

Es una lástima perder así
una emoción que pudo quedarse en el recuerdo,
y estoy insomne
y solo
y amanece.

martes, 17 de diciembre de 2019

Es mi mundo un firmamento en contracción


En medio de estas cuatro paredes voy diciendo
(aunque no sé si, «enlazados vocablos»);
instruido hasta la médula,
exangüe por la lentitud de mi caída: benditos versos.

Cuando llega el anochecer
se inicia mi porfiada lucha contra el odio
a los demonios que esperan mi cadáver
(¿no sabíais que a veces creo en Dios:
me brota la esperanza de encontrarme
mañana con mi padre, con mi hermano,
con todos los que amé en esta fugaz aventura?).

A vosotros os digo
—quienes habéis perdido la ilusión—:
perseguid y encontrad el camino de los sueños,
la victoria espantosa donde yacen
los devotos a sus destinos
(enfermedad terrible del poema).

Atreveos: miradme
en medio de mis cuatro muros donde digo y me desdigo;
escrutadme detrás de la entornada puerta,
donde me atrevo a levantar hasta las nubes
la copa de la eternidad.

Buscadme y observadme. Así sabréis
que soy una pregunta lánguida 
ya sin respuestas en mi voluntad.

Buscadme, ahora que mi mundo
espera todavía su tiempo de estallar.

sábado, 7 de diciembre de 2019

Un viaje feliz


Del puente del pasado
llega un recuerdo alegre:
un camión de mi padre
camino a la ciudad
con su carga de rollos.
Quería ir con él.

Le pedí me llevara
con ansiedad de niño.
Mi corazón latía
fuerte mientras miraba
la expresión de mi madre.
Y me llevó con él.

Fue una bella experiencia 
aquel viaje feliz.
Mi padre ya no está.
El recuerdo persiste.
Y para no llorar
sonrío a la nostalgia.

martes, 3 de diciembre de 2019

La grieta

Tengo amigos que se han marchado.
Tengo parientes que se encuentran muertos.
Y en los que van quedando veo
sus metas y sus rostros
partidos por profundas hendiduras
resquebrajamiento de suelo
degradado por falta prolongada de lluvia—,
la sensación de ausencia irremediable de ser vivo.
Y reparo y oigo el temblor del turno
y el ansia de las aves migratorias
y el madurar del trigo en la pradera.
Y me inclino a los labios de mi primer amor
y siento la pasión en mi memoria muda
y la sangre en mi corazón abierto.
Camino con ellos en la intemperie de los días
como un sobreviviente
que atónito se mira a cada tanto
en el sucio espejo de la laguna.
Y veo que también he cuarteado
mi rostro y meta contra el sol del tiempo.

domingo, 17 de noviembre de 2019

Rodearse de desiertos

Al estar rodeado de desiertos
porque he hallado un buen oasis,
el ímpetu del sol puede escaldar lo que desee
pues los buitres esperarán en vano.

En el espejo de la fuente
asomará la luna en la lánguida noche,
y surgirán cantándome los grillos
sus tenaces monodias de esperanza.

Luego, para enfrentar el desierto infinito,
puedo hacerme reptil de sangre fría,
y adaptarme a su quemante suelo
levantando las patas alternativamente.


viernes, 15 de noviembre de 2019

Pasada la inclemencia

Dura fue —destruyó los sembradíos—,
aquella tempestad descontrolada.
¿Recuerdas que caían en cascada
de voces dolorosas nuestros bríos?

Silenciosa, venciendo desafíos
en el jardín de dicha abandonada,
padecía la rosa deslustrada
la intemperie de nuestros desvaríos.

Pero hoy, con fosfóricos colores,
surgen sobre las sábanas ardores
de un nuevo sentimiento en honda entrega.

Amor valiente con constancia ciega
que con su afán expurga los dolores
y que al rencor en el olvido anega.

jueves, 14 de noviembre de 2019

Otra edad


Vivo esta hora de noche profunda
y amanecer lejano,
donde no ves el mentiroso azul del cielo
y no oyes aún los cantos de los pájaros,
donde la música avanza por los siglos
con pianos y violines
apaciguando nieblas y desmanes del alma.

Mi milenario cuerpo
que ha recibido ya
visitas de murciélagos del tiempo—
ha pedido refugio en las regiones
de los antepasados,
donde para siempre será
un extranjero queriendo volver a su país.

Vivo esta hora de noche profunda
y amanecer lejano,
donde navego en las aguas tranquilas
en mi nave sin brújula.

domingo, 27 de octubre de 2019

El corazón pide a la mente alivio


¿Recuerdas mi inicial idolatría
—frenéticos aullidos de una rana
glorificando al pie de la ventana—,
cuando olvidé mi nombre en la osadía?

¿Sabes que si no fuera por el día,
por el dulce trinar en la mañana,
por el contento de tu voz temprana,
por tu actitud, no sé si te amaría?

Yo te recuerdo bella, suave trigo,
cisne azul reposando en el estanque,
melodía de sed enmarañada.

Ese recuerdo hoy es mi castigo
porque mi corazón pide que arranque
de mi mente tu risa enamorada.

martes, 22 de octubre de 2019

Soy el artesano de su sonrisa


Su cuerpo es una montaña que se desliza
sinuosamente hacia el mar del deseo.
La miro y la ambiciono.
Busco entusiasmarla con las anécdotas,
con las osadas noches del pasado
cuando arriesgábamos su reputación.

No tenemos prisa por el futuro.
A cada tanto
vemos una película de Netflix
mientras comemos palomitas de maíz
y sonreímos ante cualquier frase chispeante
que nos nace con naturalidad.

En una de las fachadas de su sonrisa,
como en un vía crucis del delirio,
grabo con éxtasis los ornamentos
de cada pasaje dichoso vivido,
de cada ícono precioso
que glorifica mi memoria.

sábado, 19 de octubre de 2019

Una tarde más que agoniza

La tarde inexorable —despedida
de un día más en el sufrido intento,
deja escuchar la voz introvertida,
rezagados repiques de mi aliento.

Y calcina en el alma la partida
el tibio sol que acariciaba el viento,
dejando la pradera consumida,
destino de implacable cumplimiento.

Voy siguiendo la vía, las señales
que ha dejado la lucha en mi memoria.
Voy dejando razones de mis males
por este sueño estéril de la gloria.

Hoy veo que mis aguas son del río
donde curso sin libre ni albedrío.

jueves, 17 de octubre de 2019

Viajar y luego de viajar a Barcelona


El año que viene tengo pensado viajar a Barcelona.
Es mi gran deseo. Eres la más fuerte y la más bella.
No te canses de las personas que no escuchan tu grito clamoroso.

No me involucraré en el tema de la independencia;
bastantes problemas políticos ya tengo acá en mi aldea.
Pero, basta ya de represión. ¡Destruirán obras muy valiosas!

Me iré a una farmacia y pediré unas latas de cerveza
y preguntaré por el bar donde se reúnen los poetas.

Quizás el farmacéutico me diga que no puede venderme
Alprazolan sin receta médica, y yo le diré con convicción:

“Es usted un ejemplo de ciudadano que ha llegado a puerto,
disciplinado, muerto de miedo, cumplidor de las órdenes
de los que también tienen miedo de no ser obedecidos”.

Dicen que hay un crepúsculo bellísimo en la Barceloneta,
que llega desde donde el cielo se junta con el mar.

“Oye tú, bella y eterna ciudad: lloro por ti, por tus ansias,
por las bofetadas que recibes cada vez que hablas de libertad.
Se pueden rendir, pero no es esa la solución, de manera alguna”.

A las diez de la noche me convertiré en un turista italiano
y me iré a una fonda que conozco a comer caracoles al vino.
Quiero rememorar recuerdos penosos de la primera vez.

Un dominicano negro con su mujer blanca, agraviados
por mis acusaciones se levantarán y pedirán sus abrigos.

En mi ciudad natal, en Sudamérica, combatimos a las ratas
con las últimas reservas de energía que nos restan y más.

Jamás dije que los dominicanos son ratas inmundas, hijos de puta,
que te hacen trabajar por amor al arte y a su patrimonio.
Me refiero a un solo dominicano y a un solo negro. Nadie más.

Tengo ya muchas cicatrices en el pecho y guardo quemaduras
y sigo deseando ver el retrato fiel de la historia de Europa,
sus reservas genealógicas, sus Dalí, sus Picasso y Ellas.

Bueno, hasta aquí hemos llegado, cada uno debe saber
la importancia que se ha ganado en este mundo de sol
y fantasía a las doce del día en un verano paraguayo.

¿Cómo te fue? ¿Qué tal Barcelona? ¿Es realmente culta
la gente allá, y nunca mean en la calle? ¡Cuéntanos!

Bien, les diré: “la gente allá hace el amor igual que nosotros
y cada uno se da la importancia de la forma que puede”.

Guardo la esperanza que me devuelvan mi buena intención.
No me gusta vivir en una ciudad donde hacen fila para todo.
Por más que me esfuerce me es imposible acabar mi autorretrato.

Desde el inicio, he escrito todos mis poemas en Microsoft Word,
aunque soy simpatizante del socialismo y del software Linux.

miércoles, 16 de octubre de 2019

Desertización


Tengo parientes que se han marchado.
Tengo amigos que se hallan muertos;
y en los que van quedando veo
sus cuerpos y sus rostros
partidos por profundas hendiduras
—resquebrajamiento de suelo
degradado por falta prolongada de lluvia—,
la sensación de ausencia irremediable de ser vivo.
Y veo y escucho el temblor del tiempo
y el vuelo de las aves migratorias
y el madurar del trigo en la pradera.
Y me inclino a los labios de mi primer amor
y siento la pasión en mi memoria muda
y la sangre en mi corazón abierto.
Camino con ellos en el desierto de los días
como un cadáver que se mira a cada tanto
en el sucio espejo de la laguna.

Yo también he cuarteado
mi rostro contra el sol del tiempo.

sábado, 12 de octubre de 2019

Itinerario existencial


Has arribado de comarcas insondables
donde en tu bolso recogías las doctrinas
que no se convirtieron nunca en fe concreta.
Anécdotas, historias, desenlaces,
subidos en contenedores de derrotas
hasta el vertedero de páramos sombríos.

Con nuevas tentativas de alcanzar
supremacía sobre la manada de recuerdos,
visita tu refugio inmaculado el frío infante,
y te sientas a meditar mientras respiras
sobre una taza de café humeante,
cubierta tu cabeza con toalla de baño,
mientras corres la maratón de la memoria.

En las alcobas de las hembras púberes,
con cuerpos rozagantes y pubis afeitados,
que destruyen amores carcomidos por el tedio,
consigues el perdón con los efluvios de conciencia
—vuelto tu sueño una verdad clarividente—,
y tu virilidad fogosamente renacida
ante la idea de engendrar un nuevo hijo.

jueves, 10 de octubre de 2019

Impulso de tu voluntad


Horadando negruras sempiternas
con devotas plegarias, tal lo hacías
en los tenues crepúsculos del hombre,
sigues urdiendo el tono iluminado
que devele a tus ojos expectantes
el oscuro universo de los dioses
que sabes fue y será por siempre tuyo.

Encuentras en tu búsqueda incesante
recuerdos atascados y perdidos,
imágenes huidizas y penumbras,
historias encubiertas y lejanas,
sueños de la memoria desmayados,
ardores y ansiedades primitivos,
cargas que inmovilizan aplastantes,
culpas, pesos atroces de conciencia,
torturas espantosas y alaridos,
antigua, milenaria voluntad
deshecha por el paso de los tiempos.

Diriges tu cruzada hacia el abismo
de inmemoriales civilizaciones,
rebasando la historia y la prehistoria:
edades desoladas de la tierra,
en búsqueda perenne e instintiva.

Porfiado peregrino trashumante,
caminas suelos áridos, sin árboles,
sobre piedras de grandes cataclismos,
sangrando en fieras lides bajo el sol
y en noches de pasión bajo la luna.

Vas, a vuelo de pájaro, y observas
el paraíso helénico:
su misteriosa y cruel mitología,
las arenas romanas:
sus fieros y cuantiosos homicidios,
la eternidad egipcia:
sus inmortales momias en pirámides,
el fatalismo hebreo:
cuna del cristianismo desalmado,
las tribus ancestrales:
su velluda y hambrienta desnudez.

Sin aspas, cayendo en la oscuridad,
más allá de barbaries y pavores,
más allá de las lluvias torrenciales,
más allá del inicio de la vida,
más allá...

La voluntad, timón de la conciencia,
el vínculo de voces primordiales
que en la memoria pétreas se anidan,
clamores silenciosos del instinto,
obedeciendo impulsos insondables,
disconforme, rebelde y tormentosa,
sigue, sigue buscando comprender
el rostro de la luz que para siempre
disipe las tinieblas, y ese susto
de morir día a día en las profundas
marañas del espíritu, sin paz.

domingo, 6 de octubre de 2019

Mi poeta está perdido y entonces tiene ganas de encontrarme


Quiere amanecer en la locura con su conexión terrestre

mi mente está mirando en el vacío
escribo y escribo y borro
y vuelvo a escribir y busco ideas
imágenes recuerdos y compuertas
y candados que saltaron del óxido
y un patio enorme y árboles frutales
y alegría mucha alegría y a veces
una infinita soledad en la cama insomne
y luego una pasión desesperada
y una lluvia de estrellas en el pecho
y noches taciturnas y madre y padre
y todo el mundo está durmiendo
menos yo que retengo a mi fantasma
bajen con cuidado las escaleras niños
la luz de mi crepúsculo me ciega
y un viaje a Europa para confirmar la historia
de Julio César Alejandro y otro César
más grande que los césares del mundo
y los días los años el otoño
que se esfuma en color de la vejez
oigan todos no olviden el vocablo
preciso que estampilla la emoción
la bulla de las aves los gatos silenciosos
arañas sapos culebras mosquitos
amaneció hoy muerto nuestro loro
con las alas abiertas y las patas arriba
no se peleen niños Jueguen sin agresión
el cielo está estrellado el cielo de Neruda
Lo que estoy esperando nunca encuentro
mientras tú sales desnuda del baño
te lleno de pupilas y de ensueños
y bailamos los tangos de Argentina
dime que me amas como yo te digo
calla que me consientes con tu abierta sonrisa
y un beso de pura pasión si puedes
espérame en las islas Paraíso de los amantes
con tu prueba de amor bajo la falda
mi ruta solo tiene cuestas que subir
siempre fueron mis días errante soledad
y era un sueño irreal tu compañía
y era amarte y fracaso y dolorosa duda
el amor siempre crea las sombras de la duda

escribir fue un camino grato y lacerante
escribo y escribo y borro (no desistiré)
y vuelvo a escribir en un cartel grande
con letras grandes que me cuelgo a la cintura
(necesito tapar mis genitales voy desnudo)
y salgo por las calles de mi psiquis
exhibo mi cartel de grandes letras rojas

ESTOY BUSCANDO A ÓSCAR
SE ME HA PERDIDO

Más allá del jardín


Sigo teniendo mi jardín
donde los pájaros prorrumpen
en bullas de instinto amoroso,
y donde las arañas se multiplican libres
ante el largo descuido de la poda.

Sigue existiendo
solo para plantas perennes,
para raíces duras,
para palmeras de oasis sufridos.

Mi verdadero ocio vive
en fatigosas búsquedas de la belleza.
Ya no me impulsa la policromía
de las flores como antes.

En mi jardín de flores desteñidas
los aleteos de los pájaros migrantes
no se detienen para tanto polen
acumulado en las corolas.

El regocijo ahora
consiste en levantar la vista
sobre las flores, sobre las malezas,
hurgando el infinito, para evitar
la resolana del desánimo.