domingo, 27 de octubre de 2019

El corazón pide a la mente alivio


¿Recuerdas mi inicial idolatría
—frenéticos aullidos de una rana
glorificando al pie de la ventana—,
cuando olvidé mi nombre en la osadía?

¿Sabes que si no fuera por el día,
por el dulce trinar en la mañana,
por el contento de tu voz temprana,
por tu actitud, no sé si te amaría?

Yo te recuerdo bella, suave trigo,
cisne azul reposando en el estanque,
melodía de sed enmarañada.

Ese recuerdo hoy es mi castigo
porque mi corazón pide que arranque
de mi mente tu risa enamorada.