sábado, 19 de octubre de 2019

Una tarde más que agoniza

La tarde inexorable —despedida
de un día más en el sufrido intento,
deja escuchar la voz introvertida,
rezagados repiques de mi aliento.

Y calcina en el alma la partida
el tibio sol que acariciaba el viento,
dejando la pradera consumida,
destino de implacable cumplimiento.

Voy siguiendo la vía, las señales
que ha dejado la lucha en mi memoria.
Voy dejando razones de mis males
por este sueño estéril de la gloria.

Hoy veo que mis aguas son del río
donde curso sin libre ni albedrío.