miércoles, 28 de abril de 2021

Tu voz

Tu anhelo es hablar, hablar, hablar
de una razón por todas,
con el aplomo
del hombre que agoniza,
profiriendo palabras netas
y últimas y claves del dolor.
                                
El miedo, la tristeza y el alzheimer
— bendecido leteo de la vida—,
que trasunten el verbo,
luzcan el adjetivo,
y no callen jamás las acuciantes
palabras por venir.

martes, 27 de abril de 2021

Eutanasia

Presume que armado hasta los dientes
me llego un día
al corazón de tu apacible vida,
armado de coraje y menosprecio
por tantas sinrazones que gastaste
en busca del asombro.

Infiere de mi acento brusco,
de mis manos crispadas
cuando apago las luces, cierro las cortinas. . . ,
la premonición de tu muerte.

Soy tu noble asesino,
el sonriente verdugo a quien encargas
tu muerte digna,
trozo infecundo del edén perdido,
incombustible leña del infierno.

domingo, 25 de abril de 2021

Providenciales deidades

Siempre entregado a mi obstinación, y a pesar de las advertencias de Ego, me adentré una vez más por los lúgubres senderos hasta llegar a la última encrucijada, donde el cuadrado guardia se encontraba resguardando la entrada; y, con su magnífica elocuencia, me persuadió de que ingresara.

Bajando resbalosos escalones, entre vapores y húmedas paredes, hacia las profundidades de la caverna, el más benévolo de los demonios, (el que persuade de no llevar a cabo las acciones que no le conciernen), hizo su diligente aparición; y, señalándome los infinitos pasadizos que ante mí aparecieron, fue oponiéndose con razones convincentes, con argumentos desbaratadores al ingreso en que yo intentase.

En cuestión de segundos, la infinita cantidad de túneles fue bloqueada con la telaraña de crueles presentimientos, dejándome una sola galería libre; y ante la creencia de ser guiado por un ángel providencial, me adentré con la conciencia en paz, por la más infrecuente de las galerías, que se presentaba tétrica y desolada pues ni los murciélagos se atrevían a habitarla.

Apenas hube andado cierto trecho, una luz enceguecedora surgió de las tinieblas, bañó de dorado el enorme recinto que había alcanzado, y miles de imperativas voces sacerdotales sacudieron de latigazos mi imprudencia.

Cerrada la posibilidad del retorno, me arrojé sobre el reluciente piso en ínclita actitud de clemencia, anonadado ante mi incomprensible crimen, y despavorido ante el inminente castigo que supuse caería sobre mí.

-¡Regresa sobre tus pasos, maldito mortal!-, resonó límpidamente en la etérea bóveda.

-Estoy perdido-, musité tristemente.

-¡Eso es evidente! - bramó otra poderosa voz-. El regreso es metafórico. Nos referimos al principio de tu propia existencia; es decir, a tu inexistencia.

-Pero si yo soy el dueño de estas comarcas; es mi propio término el que estoy escarbando.

-¿Entonces por qué tiemblas de miedo? ¿Por qué te sientes profanador de tu propio templo?

Y ante la irrebatible interrogante, agaché la cabeza en son de entrega, y ofrecí al supremo auditorio la deposición total de mi humana creencia.

Finalmente, me condenaron de por vida al encierro en el luminoso recinto.

Como quien se resigna a su suerte, acepté mi destino con rostro rígido; aunque mi alma, muy secretamente, como el bufón que recibe golpes a cambio de buenas jocosidades, sentía el cosquilleo dichoso de no necesitar salir al mundo real, a los deberes, a la realidad rutinaria.
¡Nunca más los días de hastío!

Me dije a mí mismo:

      -¡Es una suerte que existan dioses propios en la psiquis del hombre!

lunes, 19 de abril de 2021

Más cadenas

Faltan cadenas en la noche fría,
y más adversidad que nos derrote.
Los candados que encierren la jauría,
y en la jaula el espíritu que explote.

La fría soledad que nos domine
mientras oímos ulular sirenas,
y el luto de este encierro determine
los aullidos del alma en las cadenas.

Que velen nuestra angustia los cerrojos;
el sol en las auroras, nuestros ojos;
nuestras alas quebradas, nuestros miedos.

La vigilia que aplaste los denuedos,
y oprima el corazón mortificado
nuestro oscuro destino encadenado.

domingo, 18 de abril de 2021

Invadiéndote

Camino los senderos misteriosos,
tocado por los dúctiles follajes
de los bosques de tu memoria.
Por las nervaduras de oscuras hojas,
deseos y canciones olvidadas,
al despertar por el crujir de ramas
bajo mis impacientes pasos,
dejan escapar como aromas
sus ardientes secretos en el aire.

Exploro los recónditos lugares:
aquellos claroscuros territorios
que ni tú misma reconoces:
antiguos y fantásticos ensueños
dormidos hace tiempo en el olvido.
Voy escrutando los enormes huecos
de tus oscuros y abatidos troncos,
sobre nutridas hojarascas,
en cada rincón de tu exuberancia.

Camino los senderos de tu bosque
y encuentro calma y tempestad.
Anhelo conocer los vastos sitios
de aquella realidad contradictoria
que arrulla mi existencia rutinaria.
Mi vida es un tránsito por ellos:
por la alarma furtiva de tus ansias,
el latido vital de tu misterio,
el impulso carnal de tus instintos
y la fragancia fértil de tu tierra.

sábado, 17 de abril de 2021

Los demonios internos

Altivos, los demonios no descansan:
yerran por las oscuras galerías,
insidiosos, obscenos,
impávidos cual hienas.

Inmunes en las ciénagas profundas,
acechan la imprudencia de los pasos,
para herir la conciencia
con visiones del fuego eterno.

Invocando el poder, defienden
la umbría majestad de las tinieblas,
combaten el sentido
sagrado de la vida.

Luchan contra el sosiego del espíritu,
contra la vida plácida y serena,
y enardecen el alma
con sueños ilusorios y aversión a la omnipotencia

Para holgar en los calmos aposentos,
en íntimas moradas inviolables,
¡nos exigen un pacto
con la maldad eterna!

miércoles, 14 de abril de 2021

Sueño secular de las gaviotas

En giros incansables
sobre la calma y el enojo del mar,
sueñan con cardúmenes de peces
multicolores y sabrosos,
con vuelos en cabriolas 
y sus ansiosos buches.

El cielo es hoy una campana
de metal sin badajo,
y el mar se encrespa como agua hirviente,
y es denso el frío debajo de las alas.

En las alturas de los acantilados,
donde el hambre corcovea sin bridas
al compás de los ululantes vientos,
las crías con sus picos tan abiertos
como para comerse el aire,
sueñan también imágenes genéticas de peces
multicolores y sabrosos.

Orbitan incansables
sobre el encabritado mar e ignoran
la ley existencial
de la cadena alimenticia.

domingo, 4 de abril de 2021

Tal vez solo la nada

Acaso en el inicio hacia tu meta
tus ímpetus le dieron al destino
un rumbo cierto, un lúcido camino
que conduce a la gloria del poeta.

Acaso en el afán de oír el canto
que aprisiona los sones de la vida,
no vieras que en la dura despedida
tu
s notas últimas serán de espanto.

Presumes en tu rígida conciencia
haber hecho lo bueno, lo correcto,
y hoy maldices la infamia del trayecto
pue
s mantiene en la sombra tu existencia.

Así te encuentras, lejos de la aguada,
muy cerca de la sed y de la nada.



viernes, 2 de abril de 2021

La cicatriz

El tajo de profunda herida
de su puñal amante,
penitente —llorosa magdalena—,
supo sanarla
con el amor restablecido
y paciencia infinita
culpable
y por completo.

Brebaje del cuidado,
destierro de las sombras en el alma,
restitución del ímpetu,
de la vieja pasión que vuelve.

Mas, ay, ano
che, al confesarse, 
la lumbre de sus ojos
sobre la cicatriz apenas destellaba.