de una razón por todas,
con el aplomo
del hombre que agoniza,
profiriendo palabras netas
y últimas y claves del dolor.
El miedo, la tristeza y el alzheimer
— bendecido leteo de la vida—,
que trasunten el verbo,
luzcan el adjetivo,
y no callen jamás las acuciantes
palabras por venir.
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