sábado, 23 de marzo de 2024

Los dueños del cielo

Evolutivamente diestros, 
peregrinan los seres entregados 
a la existencia 
sobre alfombras de vientos
(razón reproductiva buscando eternidad).

Del cielo son los pájaros, 
del aire conquistado por milenios,
de los acantilados, de las islas secretas, 
de las alturas solitarias.
Son amos de la gravedad.

Olvidados sus gritos ancestrales,
abiertas las alas al vasto mundo,
al horizonte sin fronteras,
a las migraciones constantes,
se mueven con nula conciencia de aleteo.

Inventaron las plumas con memoria genética,
para vencer la condición rastrera,
cuando el cielo existía como reino de nadie.



viernes, 22 de marzo de 2024

Por tu río








Por la piel de tu río singla mi mano,
por sus riscos punzantes
cayendo en sus cascadas impetuosas,
por los recodos táctiles,
por los bosques primarios
donde el instinto crece fértil.

De sus profundidades
surgen los peces ateridos,
para mordisquear mi rumbo
con vértigos de espumas y deseos.

Me encadeno a su curso, 
me entrego a su corriente, 
me abandono al naufragio 
en sus aguas rebeldes. 
Entonces ya no existe el mar. 


viernes, 15 de marzo de 2024

La Pizarnik

Eran a veces los crujidos leves
al hojear las páginas
(roces de ramas de una noche invernal);
y otras, una pisada atronadora,
como la de un bisonte sin control
que se le iba encima.
En ambos casos,
siempre ha sido frágil el alma y los sentidos;
y sus nerviosas células 
escapaban de sus lazos eléctricos, 
como cometas de sus constelaciones, 
para sufrir en soledad.

A veces la poeta deseaba
patear el mundo hacia el sin sentido,
cuando escribía 
con pesimismo (viéndose patética),
eso de pintar todos los poemas de un maldito negro,
desde la tapa hasta el contenido.
 
Al entrar en el mundo mágico de poetas amigos, 
en donde le enseñaron, sin dobles intenciones, 
con cariño, a recrear su propia realidad,  
supo que la lectura y la amistad 
no podrían ayudarla por todo el resto de su tiempo,
ya que en el humano calor 
o en los volúmenes nunca hallaría 
la forma de encontrarse viva.

Se suicidó, Alejandra, no por lo leído, no por su entorno, no por amor,
sino por los malditos versos que nunca escribió.

miércoles, 13 de marzo de 2024

Sin rumbo


A nadie le deseo
este percance de mi quilla.

El río está estrujando el cuello de botella.
Las aguas pasan a empellones,
y el caudal de las voces líquidas
presiona en la garganta cónica.

Rebelde y agresivo va formando bahía
en mis orillas fértiles, ahogando mi destino.

Cansado estoy, y siento la amenaza 
de andar y desandar a la deriva.

Fluir es el propósito,
nunca el estancamiento
en esta inundación de la esperanza,
donde flotan anárquicas las boyas,
perdido el cauce principal de la corriente.

miércoles, 6 de marzo de 2024

La voz poética


Ya no quiero charlar
con el hombre que estoy muriendo.
Desconectarme quiero
de la maldita maquinaria de su vida,
donde la lucha exige ser carne de cañón 
del Genocidio existencial.

El amor por el arte de la poesía,
débil recibe hoy la pulsión de la sangre,
la célula renovadora,
el futuro propicio del hambre por la gloria,
el corazón en taquicardia
gozando madrugadas de metáforas sublimes 
y bellos paraísos de verdades.

Bañan sus gemebundas lágrimas
mis más impermeables sentimientos.
Al ala de mi numen deposita
su sangre adulterada,
lo cual me obliga a dializar mi espíritu.

Buscando el corazón la soledad profunda
en la que se debate el digno moribundo,
me acometen, humanitariamente,
ganas de suicidarlo.

Ya no quiero cargar sobre mis tímpanos
la obligación de oír
los difusos monólogos entrecortados
sobre la brevedad de su maltrecha vida.
Que vaya con sus quejas a nutrir
las pálidas paredes de su cuarto.

(¡Ah, qué raudos pasaron
los últimos humanos siglos!
A un fulgor de la historia está Sumeria.
¡Cómo pasan los grandes hombres,
los sabios, los poetas!
"¡Cómo viene la muerte tan callando!"*
Si hasta hemos perdido
la edad de las pirámides.)

Desconectarme quiero, aunque deba admitir
cuán duro de doler para mis versos es
que día a día, irrevocablemente,
se vaya destierrando,
para dejarme solo luchar contra el olvido.



*Del verso de Coplas A La Muerte De Mi Padre, de Jorge Manrique (siglo XV).