domingo, 4 de diciembre de 2022

La canción de los abismos

La canción de los abismos

Durable temblor de mi azul arteria,
retumbo, lamento de cerrado abismo;
con las alas rotas
hiendes cada noche mi avidez nocturna.

Escucho tu voz remota y herida,
sin nombre, sin nubes, sin eco en el aire.

Una vida entera tajando, invisible,
con gritos de ahogo, duros, persistentes.

Plácido puñal en mi rebelde entraña.
Doloroso sueño, los días sin ti.



Hastío


A veces el hastío determina,
como la muda espada del guerrero,
su golpe terminante, el más certero,
y en aislada quietud nos peregrina.

Otras, nos clava en cruz, y nos desclava
envuelto en pena y en la noche oscura,
manando nuestro ánimo atadura
como la voz de una mujer esclava.

En general, adopta una manera
agresiva de sogas y cuchillos,
de lanza en ristre o de puñal en mano.

Mas sería peor si cruel te hiriera, 
cual hiere la monodia de los grillos
en el silencio el desvelar humano.