jueves, 17 de septiembre de 2009

Vuelve timonel



Sin bríos, azul velero
de letras, se fue surcando
por el río aguas abajo,
hace ya miles de versos.

¿Se habrá quedado dormido
en una pinza del río;
o, entre sueños, encallado,
en las arenas de un banco?

El timonel solitario
muerto estará de frío,
o quizás esté jugando
con los peces del olvido.

Echo en falta su presencia,
su canto escarbando arenas
de eternidades, su sueño
que llovía sobre el tiempo.

¡Oh, timonel, timonel:
deja tu angustia verter
y ven surcando con brío
como el salmón río arriba.
Nuevos veleros ansían
los astilleros vacíos.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Hagámoslo como antes


Hagámoslo, querida,
como en los tiempos de faltar a tu trabajo,
vencidos tus escrúpulos,
dado vueltas reloj y sensateces
y el solo acontecer que nos envuelva.

Te espere yo en la esquina de aquellas escapadas
con mi pasión royendo las revistas del quiosco,
hurgando en la cornisa tus alas de paloma,
hasta el instante en que tus labios
se abran como el cielo.

Hurtándote en la pinza de mis brazos
te lleve por las brisas del deseo,
para cambiarte el nombre a mariposa,
para cambiarte todo:
tus ojos por cristales que me copien,
tus senos por dos lunas que ingrávidas me orbiten,
y sólo tu presente que me ama
dejar intacto.

A puro instinto desbocado
y nula voluntad de comprender.