martes, 3 de diciembre de 2019

La grieta

Tengo amigos que se han marchado.
Tengo parientes que se encuentran muertos.
Y en los que van quedando veo
sus metas y sus rostros
partidos por profundas hendiduras
resquebrajamiento de suelo
degradado por falta prolongada de lluvia—,
la sensación de ausencia irremediable de ser vivo.
Y reparo y oigo el temblor del turno
y el ansia de las aves migratorias
y el madurar del trigo en la pradera.
Y me inclino a los labios de mi primer amor
y siento la pasión en mi memoria muda
y la sangre en mi corazón abierto.
Camino con ellos en la intemperie de los días
como un sobreviviente
que atónito se mira a cada tanto
en el sucio espejo de la laguna.
Y veo que también he cuarteado
mi rostro y meta contra el sol del tiempo.