Luego aparecen, como
sentimientos superpuestos,
otras capas más limpias,
y otras que se ven casi transparentes.
Lagrimeamos sin cesar,
y abocados al proceso, sentimos
la oscura sensación de hallar
algo valioso tras la última capa.
Sin embargo,
nada encontramos,
ninguna perla,
nada.
Su tesoro,
su substancia,
su elemento fundamental
está en su cáscara.
Incontables cebollas
existen en el mundo.
No perdamos el tiempo
en buscar en el núcleo.
en buscar en el núcleo.