viernes, 3 de abril de 2020

Perdón por el cansancio


Cansado de la búsqueda de mi dios recóndito
y mi memoria hundiéndose en el tiempo,
de tanta astucia y desatino,
de tanto tigre moribundo que sufre su derrota,
he amontonado ruinas con mis piedras caídas
y con mi mala nutrición.

Cansado de ir muriendo de tantas tardes rengas
y el pájaro que nunca emprende el vuelo
y la raíz del árbol que cae en la tormenta
y el fracaso mordiéndome el arrojo
y estoy tardando mucho en comprender la vida.

Sin exigencia de honradez
Sin ambición de superioridad por la sabiduría
Sin ansias ya de conocerme y conocerla
Sin manos reprimidas ni corazón enfermo
Me confieso repletamente hastiado

Un tanto confundido por su íntegra indulgencia
y el corazón que aún la ama y la perdona,
librado del apego, inexorable y firme,
a veces dejo mis libros sobre la cama,
voy hacia las oscuras calles
y me introduzco en los alegres fondos de los prostíbulos.