miércoles, 26 de febrero de 2020

Alejandro Magno

Jamás olvidaremos tus gestas, rey del mundo,
aunque difusos siglos alejan de tu gloria
este remoto tiempo. Repite la memoria
los cantos vencedores, el coraje rotundo.

Hijo de Macedonia, del otro rey brutal,
saciando los impulsos del felino guerrero,
con sublime artería —tigre sobre el cordero—
condenabas legiones al destino fatal.

Por mares de victorias, sobre divinas barcas,
aplastando el orgullo de rebeldes monarcas,
griegos, egipcios, persas, tu furia sometía.

Aquiles invencible: olímpicos favores
te urdieron inmortal; y terrestres honores,
el más humano dios de la mitología.