lunes, 10 de febrero de 2020

Padre-pájaro

Me hice un padre-pájaro
para nacer de nuevo —ya con alas—,
en los difusos humedales del hastío
donde se acuñan las graciosas plumas.

Mi pájaro biológico —triste mutante—,
reptaba las llanuras sin despegar el vuelo,
aunque sobre sus hombros descubrí,
en la carrera a ras del suelo,
las gradas de la altura.

Para advertir las nubes me deshice,
con copioso dolor,
de mi lastre mortal y planetario,
de mis patas folclóricas,
de mis ojos raciales,
de mi instinto borrego.

—¡Ah, soledad de estrellas,
beso de luna, corazón liviano,
soplo de ingravidez de altas cumbres,
siempre quise ser este pájaro de audaces alas!

Mi padre-pájaro me ha devuelto el alma,
me pía y me revela su canto protector,
su búsqueda y su grito allá en la cima,
cuando al taparme las opacas nubes
siento perderme.