pero, así y todo, entra si lo deseas. Es tu riesgo.
No te quedes con las ganas.
Mis ojos estarán en cualesquiera
de los árboles a este lado del alambre.
Observarán tus pasos, estudiarán tus intenciones.
Es probable que te deje caminar
todo el bosque, todo el prado
sin hacerte daño alguno.
Puedes disfrutar del río,
de la calma en la arena de su ribera,
del canto del pájaro campana
y de la sombrilla de colores
con que te cubrirán las mariposas;
mas, ay, si intentas apropiarte de sus noches,
porque hasta ahí ya no responde mi cortesía.
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