martes, 16 de noviembre de 2021

La igualdad del cielo

Abriendo la ventana me amarillo,
a unos metros de donde grita el muro.
Resoplo y me silencio los tacones
que en la noche estuvieron resonando.

Encierra las anónimas miradas
los ojos disparados a los cielos,
la muerta calma y las ganas muertas,
el día que eterniza su modorra.

Abriendo la ventana me repito,
colgado del barrote todo el día,
mirando en un rincón entre las piedras
la roja inexistencia de las flores.

Aunque abarcan mis muros desolados
los mismos cielo y sol del hombre libre.