miércoles, 3 de abril de 2019

Auscultando un talento mayor

Esta canción surge en la angustia
de oír su nacimiento;
y tras la madrugada, 
el clamor de sus notas.

Cebo mi mate a cada tanto,
meticulosamente (rito, herencia),
para inundar (moringa, tilo, boldo),
de hierbas aromáticas mis tripas.

Están faltos de grillos
los rincones del cuarto, y el silencio
gime sobre el temblor de los cristales,
sobre el último trémolo de Agustín Pío Barrios.

Las horas mecen los acordes idos
en las orillas del amanecer,
y yo siento esfumarse mi emoción 
ante la muerte cruel de la belleza.

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