lunes, 27 de septiembre de 2021

El baile imposible

Luego de un baño confortante, con agua fría,
de afeitarme sonriente frente al espejo,
con mi salud perfecta y mi juventud plena,
me gustaría salir este sábado de noche
a buscar un lugar donde la gente esté bailando,
una pista de baile donde vea moverse con soltura
a las bellas mujeres con sus ropas ceñidas,
con polleras y blusas, con pantalones pescador,
con soleras de faldas amplias, y escotadas,
todas bailando al ritmo juguetón
de Rivers of Babylon.

Cuánto quisiera caminar por los extremos de la pista
buscando a la muchacha que deseare bailar conmigo,
encontrarla gracias a la ansiedad de su mirada,
y sacarla tomándola ya de la mano, viéndola sonreír,
contenta de participar ella también del alborozo,
agradecida de mi compañía, tal vez dispuesta 
a imaginarme como novio y quizás más tarde a dejarse besar.

Pero todo esto me resulta ya imposible.
Solo puedo seguir acostado en mi vieja cama,
escribiendo en mi computadora portátil.

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