lunes, 23 de septiembre de 2019

Ventana abierta al río


El río yéndose en la noche,
como una gelatina
con su plisado de olas,
con su canción eterna.
La luna ¡tan cercana! —ocre intenso—,
maquillando en el espejo su faz.

Champaña, brindis y sonrisas.
Un primario sentir.
Bolero instrumental y danza.
Brisa de los deseos.
Estruendo del instinto.

Aurora de estrellado cielo,
la bruma con su abrazo húmedo,
el incesante adiós del río.
la luna yendo entre la niebla,
todo muriendo en pálido fulgor.

Con el murmullo de las aguas
el aire inspira en mi alma
sombría angustia de saber
la llegada del fin,
pena por desprender los besos,
placer hundido en las ruinas del tiempo,
hora de cerrar las ventanas.

Tras los primeros rayos,
los botes pescadores en amarras.
Su impaciente reposo en bamboleo.