miércoles, 14 de agosto de 2019

Encuentro indeseado


Compartíamos todo:
festivales de rock con yerba,
whisky con mucho hielo y cigarrillos,
hamburguesas con papas fritas,
el buen sentido del humor, el fútbol,
las folclóricas peñas con guitarras,
y una robusta juventud
que sabía encontrar placer entre las sábanas.

La encontré anoche en Facebook,
y la sonrisa en su perfil
me abrió aquel mundo que dormía
entre mis mejores recuerdos,
aquellos años de verdadera prisión,
dulce prisión entre sus brazos.

Y quise verla, quise su mirada,
sus gestos, tics, señales de cuánto me amó;
y su respuesta recibí:
«Ya no somos los mismos. Será mejor que no».
Y lo infame de todo fue
que parecía indiferente
a los tantos momentos juntos
que mi memoria atesoraba.

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