Mi bella flor de adversas
estaciones
y del jardín de la
sombría aurora,
cuando la duda del futuro
aflora
y no advierte mi espíritu
sus dones.
Tu esencia se derrama a
borbotones
mientras su eternidad el
alma añora,
y tu fuego de musa
seductora
reaviva las agónicas
canciones.
Eres siempre recóndita
conciencia
de sentir que la antigua
convivencia
sólo perdura por tu afán
sincero.
Y eres un sol con ímpetu
que alumbra
mi constante caer en la
penumbra
de esa forma de muerte
donde muero.