Tus maneras se visten de
renovados templos,
y reclama el recambio de
los dioses,
mientras yo busco ser
menos culpable,
oler a
arrepentido,
vivir en el silencio de
las lápidas
segregando ordalías.
No sé si estoy enmarañado
en la visión azul,
altares de la duda,
no sé si bebo el vino de
la rémora
en una copa clandestina.
Sólo preciso restañar las
cicatrices
que aún supuran,
volver a los rituales de
la absolución,
purgando los agravios,
ofensas fragmentarias sin
sepulcros.
Antes que estallen los
demonios del espíritu
y sigan para siempre el
mapa de mi infierno.