en el bosque fatal del desenlace,
ausente copa, último desguace,
muda hojarasca, humus del olvido.
Aunque vislumbre el cielo evanescente
y aspire los efluvios de la gloria,
gravitarán la calma migratoria
y el perdurable adiós, mi ser ausente.
Otro utópico, posta en la carrera,
acometiendo el arte castellano,
desandará la análoga aventura.
La odre vida, la febril quimera,
entona siempre el cíclico y humano
concierto con ajada partitura.