¿Que de dónde me
nace
tanto deseo brusco:
urgencia de tu boca,
instinto de asediar tus
noches
con el fauno que llevo en
las entrañas?
¿De dónde la pasión de
hundirme
en la sal de tus sábanas
alertas,
amaneciendo invicto de tu
rosa,
dichoso amante en el
cansancio?
Anarquista en las calles
de tu cuerpo,
soy memoria que puede
recordar
todo el suplicio de la
sed,
cuando fuiste la nube que
traía
promesa de aguacero en la
distancia.
Y me preguntas tú, ¿de
dónde…?