jueves, 8 de septiembre de 2011

La tierra

Opalina y azul
sobre la tela cósmica.
Silente imagen de dorados guiños.

Divina ante la humilde brillantez
de la devota luna.

Sutil aura que esconde
celosos torbellinos de cenicientas nubes.

Imán de luz en la expansión oscura,
preñada por los rayos
de aquel otro devoto enardecido,
para estallar la vida.

Parto y cuna del hombre,
elíptica ambulante,
sosegada materia
jamás inerte.