domingo, 23 de agosto de 2020

La lumbre débil

En la fogata del recuerdo
sigue ardiendo hasta hoy la pasión que ennoblece,
y minuto a minuto va devorando el tiempo
su pálido fulgor.
Como en la cárcel,
saltea el muro débil de tu pecho
el eco de su palpitar.

Para el deleite del olvido,
en vano intentas lanzar nuevas miradas
hacia aquella cima de luz
y de aires puros de la vida.

¡Ay, intocable altura!
Hoy has perdido
la paz del solitario
que casi siempre te habitaba.
¡Sube, espíritu mío! ¡Hazte fuerte
como el brazo del antiguo remero!

No dejes que en la noche,
en la penumbra triste,
el viento del desánimo
azote con su vil extremaunción
la moribunda llama de la altura.