domingo, 17 de septiembre de 2017

La musa absuelta


Se ha ido —¡quién sabría a qué regiones,
y cómo revertir su alejamiento!—,
entonando quizás en otro viento
la mítica belleza de sus dones.

Te perturba el silencio de sus sones,
de los susurros en el hondo aliento
derramando en el labio del tormento
hechizos de las pulcras expresiones.

Versos plenos de noble poesía
cuyo regreso exige absolución:
en la recuperada sumisión,
indulto a su frialdad y rebeldía.

Sea (aguardo) la orilla de mi frío:
frontera del dolor, de lo sombrío.