En la repetición de tantos días
se opacan las virtudes naturales.
Solo vemos las lentas agonías:
sucesos rutinarios y triviales.
La costumbre de grises compañías
no producen momentos esenciales,
etapas importantes, energías;
solo pasos que marchan fantasmales.
Nos preguntamos, en tal caso: ¿qué somos:
las piedras de este patio que gastamos,
tras las rejas perpetuos asomos
o jugadores que jamás ganamos?
Tal vez, en estos rígidos rincones,
los recuerdos que anulan emociones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario