martes, 21 de junio de 2011

Cromagnón

Igual que tú, merodeador fiero, 
seré, con rostro oscuro, 
letargo en la memoria del gran río,
en las aguas de Heráclito, 
donde el presente vierte su agonía.

Mamífero perfecto,
velludo amante, 
vivo entonces, ahora ido,
como los dinosaurios perviviendo en museos
de arqueología, en osamentas
con cuencas abismales, encriptado
en vasijas de tiempo, eternamente mudo 
bajo inmensos cipreses. 
Oh, ancestro, como yo, como yo en el mañana.

Por las calles de enhiestos árboles, 
todos los días canturrearé 
con las manos en mis tibios bolsillos 
y mi leve canción evolutiva.