¿Saben una cosa?:
¡hoy es mi cumpleaños!
Cumplo cinco años.
Estoy algo herido:
soñando viví
la feliz velada
que nunca llegó.
Faltaron cornetas,
globos y matracas,
torta y chocolate.
En este momento
—ya pasa la tarde—,
voy hasta la esquina,
al viejo almacén.
Mientras me encamino,
bajo la tristeza
del gran tarumá,
voy zarandeando
el viejo bolsón
como torpe péndulo.
Me mandan comprar
leche, azúcar, pan.