Sucedió lo que
siempre
nos nutre a los amantes,
cuando el silencio se hace mar
que ahonda la distancia
cuando el silencio se hace mar
que ahonda la distancia
de nuestras islas,
cuando a tu débil entusiasmo
le cubría la bruma de tres noches.
le cubría la bruma de tres noches.
Sucedió cuando el polvo
se iba espesando
sobre la tapa de mi libro favorito,
y en la cama me hacía rollo
para escapar de la vigilia muerta
y del deber social establecido.
Una azul mariposa te soltó la risa
cuando observaste mi mirada
repleta ya de adiós indeseado.
Y con sus alas te lanzaste
al abismo atrapándome.
Era la hora exacta del amor.
Por el celeste vuelo resurgido,
¡mi venus libre de desdén!,
te perdono tu frío corazón
de los días pasados sin hablarnos.
Cada día, al final de la jornada,
volveremos a rescatar
la cómplice sonrisa
y el sagrado ritual del beso.