lunes, 8 de julio de 2019

Soledad a modo de diluvio

Si las gotas que caen  aceradas
son lluvia de mi soledad,
ya no me contendré,
y en un desborde impío
anegaré mis últimas planicies.

¿Quién querría beber en el embalse
de estas aguas salitres?:
¿los pájaros que huyeron del diluvio,
de mi silencio?;
¿tú, que estás gritando mi nombre
en tu impotencia de ahogada?

Sólo una súbita sequía
—con aquel sol ardiente nuestro—
logrará evaporar los humedales de esta angustia,
y devolver con el milagro de la reparación,
a modo de otra lluvia hacia los cielos,
los prados florecidos a mi tierra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario