jueves, 8 de febrero de 2024

Ven junto a mí

Ahora que estamos ya solos
en esta casa nuestra silenciosa,
ahora que los hijos han partido,
ven junto a mí
a nuestro cuarto.

Deja la tarea que estás haciendo
en la cocina, donde oigo
el ajetreo de tus manos,
y ven, ven junto a mí.

Deseo disfrutar
de tu cálida compañía,
acercarme a tu aliento de mentol y limonada,
acariciar tu piel y su horizonte,
crucificarme en la pasión intensa,
y hacer que el mundo vuelva 
a su rutina emocional.

Ven junto a mí,
antes que nuestro amor se pierda
para siempre en la eternidad.

sábado, 3 de febrero de 2024

Golpe de conciencia


Recibí ayer un duro golpe de conciencia:
no estaré aquí para acabar mi obra,
ni siquiera el más mínimo momento.

El fugaz paso del urgente pájaro
por el cuadro de mi ventana
dejó caer su voz atronadora:
«el infinito azul detrás de mí  
no podrá aliviar tu dolor;
sólo la imagen de mi vuelo es buena
medida de tu tiempo, del contorno de tu ruina,
del lapso de agonía que te resta».

Mi conciencia acusaba el golpe.
Recordé a mis muertos amados, 
mientras yo seguía existiendo 
más allá del espanto al límite de mi locomoción,
más allá de las bíblicas imágenes 
del infierno, más allá de los santos óleos.

Pretendí cobijarme en las dichas del otro
que vivió en la intensidad de los días;
pero no me sirvió:
el trayecto discurrido se hallaba al tope, 
y un exiguo sendero de distancia
era el plato para saciar mi hambre.
Violentas rebeldías me aplastaron 
contra la tarde tierra;
y, entonces, comiendo suelo, entendí
cuánto amor por la vida
descargaba ese fuerte golpe de conciencia
sobre mí.