sábado, 27 de abril de 2019

Sentimientos tiranos

—Hay que dejarse embargar por la confianza en uno mismo, aun cuando estemos engañándonos en la posibilidad de la victoria.

—No confundamos la actitud real con la arrogancia; aquella demuestra grandeza; ésta, solo inseguridad.

—Ningún hombre se siente satisfecho de sus conquistas en tanto no las ostenta.

—La dignidad en cuanto a actitud gubernativa genera poder.

miércoles, 24 de abril de 2019

La poesía como plan de vida


Ciertamente, la poesía puede ser encarada como una actividad humana de varias maneras, quizás tantas como personas lo practiquen. Desde los que plantean la actividad poética como una recreación del espíritu hasta los que están firmemente comprometidos con la búsqueda del conocimiento de la realidad; y, lo que no escapa a las ondas expansivas de esa búsqueda real: la interioridad del ser.

Escribir poesía como un pasatiempo, como un medio para profundizar las relaciones sociales, o para crearse una especie de miembro de alguna comunidad intelectual, demuestra solo una sospechosa conducta de irresponsabilidad existencial.
Sabemos que la búsqueda del poema (la creación que se manifiesta fiel a los principios éticos íntimos), es una búsqueda difícil, sacrificada, casi como un vía crucis: exige dedicación comprometida, ya que el poeta adherido a esta forma de visión de la realidad debe apelar a los oscuros mecanismos psicológicos, a la hondura de la sabiduría filosofal, debe lidiar con el subconsciente tratando de familiarizarse con los caprichosos entramados de su peculiar creatividad. Es decir, el poeta debe luchar contra vallas metafísicas muy fuertes que le dificultan enormemente llegar a la verdad y a la belleza. Así, pues, la verdadera poesía jamás admitirá que el fin de un poema sea la posibilidad de un negocio social, de una comercialización de las ideas (o la imaginación) por la imagen personal.
Es útil recordar que la poesía es un apostolado, una misión misteriosa que considera sagrados e inviolables ciertos principios inherentes a la misma: la lucha contra la superficialidad (o, mejor dicho, contra la banalidad de propósito), la lucha contra el desaliño (en fondo y forma), y la lucha contra el hablar por hablar.

Creo que el poema es una herramienta única para acceder al nivel más profundamente humano del conocimiento. Me arriesgo a plantear que es el paradigma de la creatividad humana. Sin poesía no existe filosofía; sin filosofía no existe ciencia ni tecnología. Es decir, no sólo es valioso para el artista, sino también para todo hombre científico. Por poner un ejemplo: pensadores como Sigmund Freud han bebido de la poesía para alcanzar los admirables grados de sus teorías psicológicas.

De todo esto, llego a la convicción de que la poesía, en cuanto plan de vida, es la única opción para una persona que siente la necesidad de escribir poemas. Todo lo demás será una soberana forma de perder el tiempo. 

martes, 23 de abril de 2019

Reparación del alma

Si el tiempo me despoja de la suerte
de andar por esta vida redimido;
si la senda se abrupta y se convierte
en ruta intransitable y bien perdido;
si la flor se deshoja y pide, inerte,
ofrendar sus colores al olvido;
si ya no viviré para tenerte
y compartir pasión y el mismo nido; 

clamaré que las horas del encanto,
por arte de invocada hechicería,
en noches se conviertan de mi noche;
que la angustia me cubra con su manto;
y el amor que hasta hoy por ti sentía,
en la nada y sangrando se derroche.

lunes, 22 de abril de 2019

El talento

El talento es un duende holgazán que vive dentro de nosotros. Hay que aprender a tratarlo para hacerlo trabajar, pues, fácilmente, se aburre y se queda dormido.

viernes, 19 de abril de 2019

Buscando la esencia de tu voz

Para escuchar tus voces, y en sus tonos 
cifrados adentrarte, es preciso
detenerte en las postas  
donde auscultar tus turbios espejismos,
surgentes cual espanto
de aves, que en sus nidos
dormitan en el bosque de tu espíritu.

Con sus vientos ariscos 
te enfundan la mirada 
dejándote cautivo,   
te tupen sus matices
y estruja el corazón sobrecogido,
te exigen un café como una tregua,
pues claman tus latidos   
toscos, desbordados, 
un freno en la vorágine de símbolos. 

Al regresar convaleciente
a su encanto dormido,
de nuevo esa voz sin órbita
sacude los nerviosos nidos
de tus aves con gran empeño vueltas.

Oír las notas como trinos
requiere ir muriendo
con la paciencia del mendigo,
el silencio de las montañas
bordeando el abismo.
Requiere tantos años de tu vida,
que no te alcanzará este siglo.

martes, 16 de abril de 2019

Poeta clásico

Bregar por la simétrica estructura,
por la cifrada luz de ignota estrella,
verter el corazón la sangre aquella
que cubre el verso de infinita hondura.

Los horarios regir al albedrío
venciendo la indolencia acosadora,
implorando a la musa seductora
el desnudo impudor a su extravío.

Cada vez, invocar con alabanzas
los métricos esquemas y sus dones,
saltando los vetustos eslabones
para empuñar las inmortales lanzas.

Y doblegar con ritmo y melodía,
ebrio de azul, la indócil armonía.

lunes, 15 de abril de 2019

Las alas de la mariposa muerta

Ayer estuve  debajo de la brisa
mientras cargaba un detestable tedio,
y me nació un baipás de meta a realidad.

Aderezando un pollo sin ganas de comer,
me enmudecí los versos muy chillones,
y el mundo se venía
abajo
          acompañándome.

Entre ayer y hoy
no tuve tiempo
                         de caerme
                                          más hondo.

Y en la hondura rescato,
de aquel museo entomológico,
una ensartada mariposa por un alfiler,
con su momificada perfección.
Sus alas palpitaban tras el vidrio
ante el leve soplido de la respiración.

Decido, entonces, no rendirme y escalar
el lado más escarpado del día
sin detenerme hasta la cumbre,
para luego lanzarme al gran vacío,
para volar.

Para volar con las frágiles alas
de aquella mariposa muerta.

viernes, 12 de abril de 2019

El hereje

Condenado al suplicio de la hoguera, todo está dispuesto en la vieja plaza para que ejecuten la voluntad de sus impasibles jueces.
Una morbosa muchedumbre exaltada lo asedia. Los balcones se ven abigarrados. Divisa mozalbetes riendo en los tejados.
Se siente horrorizado: empapado en sudor a causa del tremendo miedo.
Hábilmente amarrado, y ante la irrevocable decisión, debe aceptar que ya no existe, humanamente, salvación posible.
Sin embargo, aunque ansíe, le es imposible resignar el don maravilloso de la vida. Los recuerdos emergen a tropeles de su fértil memoria.
Dos verdugos ascienden al cadalso y encienden con habilidad la hoguera. Con sus desorbitados ojos ve cómo los leños empiezan a arder bajo sus pies. Sus pensamientos enloquecen. Crepita el fuego y siente quemarse sus andrajos. Despide los primeros alaridos de auténtico dolor.
Empiezan a quemarse ambas extremidades. Siente el horrible olor de carne chamuscada. Sus gritos se vuelven desgarradores, mientras oye el murmullo ávido y feroz de la extasiada multitud.
Busca a Dios en las alturas con su visión casi ciega. “Tal vez, existe”, dice, en tanto reza una oración 
con fervor recobrada.
En ese instante se encapota el cielo y una súbita tempestad se abate sobre el circo. Lentamente, y en medio de terribles dolores, el recio vendaval va extinguiendo la pira. Empapado de huesos, blasfema ante la interrupción de su cruel agonía. Su anhelo es morir, adentrarse en la calma de la oscuridad eterna. Sin embargo, ¡pobre de él!, sus piadosos jueces traducen el azar como una manifestación divina; y orando y persignándose, le perdonan la vida.

jueves, 11 de abril de 2019

Soledad a modo de diluvio

Si las gotas que caen
son de la lluvia de mi soledad;
entonces, ya no me contengo,
y en un desborde impío
anegaré mis últimas planicies.

¿Quién querría beber en el embalse
de estas aguas salitres?:
¿los pájaros que huyeron del diluvio,
de su silencio?,
¿tú, que estás gritando mi nombre
en tu impotencia de ahogada?

Sólo una súbita sequía
con aquel sol ardiente nuestro
logrará evaporar los humedales
de esta angustia,
y devolver con la justicia
de la reparación,
a modo de otra lluvia hacia los cielos,
los prados florecidos, a mi tierra.