lunes, 8 de julio de 2019

Hablando conmigo

De aquellas aflicciones que gané
y hoy están húmedas en la memoria,
recuerdos que perviven como costras
en las arterias de la vida,
hoy forman parte de mi ser, 
de mi existencia, imposibilitados de escapar
de lo que sigo siendo
y de lo que seré.

Hasta dónde pudieron empujarme
tantos azotes rutinarios,
tantas piedras hundidas del camino
cargadas de silencios,
y tantas palabras que malgasté
tratando de aliviarme la existencia,
la dura condición del solitario,
en esta oscuridad de mi destino,
donde solo se ven 
demacradas estrellas fugaces por el cielo.

Aunque mi casa es un lugar bueno para vivir,
tuve que levantar murallas
y cultivar rosales con espinas.
Sé que tengo mi propia vida, mis fuertes rejas,
pero sé que esperan pacientes
las hienas del futuro
en mi vereda.

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