miércoles, 17 de julio de 2019

A través de mis obsesiones


He perdido mi panorama:
los paisajes hermosos, los campos de trigos dorados,
se hallan al otro lado de mis viejas murallas.
Tengo una pared ocre frente a mí
que contempla mi esfuerzo con indiferencia,
fríamente, sin importarle que me fuera
al otro mundo en este instante.

¿Qué hace este callado bolígrafo en mi mesa
si hace años que solo escribo en el teclado?
La botella de agua, sí:
debo hidratar mi corazón.

Primero fue la música,
luego me entusiasmé con la pintura,
Y hoy me dice la poesía que ella es
el último espejismo que me queda.