martes, 6 de septiembre de 2022

El demonio sacerdotal

Habita en ti un demonio originario, sacerdotal; 
se alimenta de axiomas, de certezas antiguas,
de verdades impuestas, de postulados obvios,
así como de oscuros mandamientos
que recibe de su naturaleza;
y emite bárbaros gruñidos
cuando deseas auscultar su gruta.

Duerme tranquilo en tu vigilia,
como si oyera cantos de sirenas
a orilla de los ríos apacibles de tu sangre,
como si la rutina lo calmara.

Pero en la noche, ebrio de ansiedad, despierta,
reconoce su angustia cuando baten las alas
de vampiro impasible de tu agnosticismo,
y con su enorme hambre de certezas
te muerde las entrañas,
te exige más zumos de la razón.

Habita en ti un demonio duro de vencer,
que no acepta galopes a pelo y sin brida,
que no puedes matar para expulsarlo.
Todas las noches sales
destruido por su ciega rebelión.
Vive en los laberintos,
en las mazmorras de tu gran memoria,
gozando de un zumbón libertinaje,
aboliendo intuiciones y metáforas.

En tanto te percibes enjaulado
en su excesiva lucidez,
él sólo quiere para sí la sangre
que va vertiendo tu batalla.

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