lunes, 1 de abril de 2019

Rayos del ayer


La vida nos consume en bufa broma
—humor de algún demonio—, gracia incierta;
de par en par nos abre su compuerta
al inerte jardín de rancio aroma.

En la babel sin límite, el idioma
de pájaros azules, en abierta
explosión de sus trinos, encubierta
tiene al alma en su vítrea redoma.

Las flores consteladas, las ausentes
experiencias, reviven alegrías
en los colgajos de los hondos días;

abruman con sus lámparas candentes,
y animan con sus rayos inclementes 
estas horas de grises y apatías.