jueves, 18 de febrero de 2021

Kafka





La puerta ya sin llave y entornada
muestra sobre la mesa manuscritos:
desgarramiento crónico, y espada
que apunta con destellos infinitos.

Cuerpo enfermizo, mente fatigada
destilando vejámenes y gritos;
en lucha con la sangre condenada,
halla la luz en los secretos ritos.

En las hondas raíces del sionismo
indaga la respuesta, y avizora
lo indestructible del destino humano.

Y a la vez, la caída en el abismo
como individuo hombre, cuando aflora
el prematuro adiós y el afán vano.

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