viernes, 20 de noviembre de 2015

Al regreso de la calma


Después de la tormenta,
al inicio de la quietud en la mañana,
sobrevivientes de la ira nocturna
hasta el amanecer desahogado,
en el trigal de la memoria,
vuelven las aves a inmortalizarse,
y el viento como soplo de los dioses
levanta el sembradío aplastado y triste.

Después de las tormentas,
las espigas del corazón al aire,
así como rodaron,
se yerguen apoyadas
una por otra.
Y tiemblan de victoria
ante el nuevo siniestro superado.

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