detrás de las marañas, agazapado y listo,
la acechas todo el tiempo.
Es ella como el mundo, oculta en su misterio y melodías,
enigma de los siglos, garra desenterrando lluvias,
seductora del alma.
Pasas horas escuchando en el aire,
con tus músculos tensos y tus nervios templados.
Inexplicables fuerzas milenarias te impulsan.
Mágicas voluntades encauzan tus deseos.
¡Cómo embriaga su olor de eternidad!
Mil veces la has querido, y otras tantas la has visto
perderse por los prados del olvido.
Entonces, te arrojas preciso sobre sus tersos lomos,
y con fría crueldad la estrujas, la masticas,
y saciado de éxtasis te tiendes en el tiempo
en una digestión ociosa y duradera.
Eres con ella así,
agresivo y feroz:
el tigre hambriento y solapado
ante la plácida gacela.
y saciado de éxtasis te tiendes en el tiempo
en una digestión ociosa y duradera.
Eres con ella así,
agresivo y feroz:
el tigre hambriento y solapado
ante la plácida gacela.
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