miércoles, 29 de enero de 2025

Reconstrucción del amor


Hermosa en tu lujuria,
y tus pasos de eróticos tacones
y tu sonrisa pálida
y tu forma de echarte entre mis brazos,
ahora me devuelven tus ardores
en las calles oscuras y vacías.

En mi memoria se esconden tus traiciones
(ella anhela el olvido), y surgen
historias de alboradas latiendo entre tus senos,
las canciones testigos de múltiples orgasmos,
las miradas sedientas presagios de diluvios.

La soledad tendida en el presente
deja su resplandor monótono del día
y duerme con sus ropas de faena,
y mi cuerpo comprende el lenguaje de brillos
así como el opaco de tus ojos.

Mi cuerpo quiere ser de madrugada
que todo lo ennoblece
y donde nunca reclama el rencor.

Cada vez más intensa,
como una explosión de luciérnagas vivaces
en el cielo abierto de par en par en tu ventana,
la ciudad abandona su rutina.

Sobre la sábana rugosa,
donde la noche aguarda tu desnudo,
y que estalle la luna en los cristales,
reconstruyo con tacto, piel y besos del recuerdo,
mi reino en ruina.

sábado, 25 de enero de 2025

Todo me sustrae de la dicha en este día


Hoy no quiero cantar.
Hoy no me apetece escribir.
Me rehuso a las piruetas en el sueño,
hacer de saltimbanqui
o payaso de circo.

Me distraigo por todo en este día:
el hombre que perdió su risa
en un accidente de tránsito,
el que no pudo cancelar sus deudas
y al suicidio,
el que robó la presidencia
de un país miserable,
el que goza en el juego de la guerra,
el que ama más y más su odio.

Todo me aleja de mi afán:
la tristeza de las madres sin leche,
y las lágrimas del niño
(ah, cómo me sustrae la alegría este día)
que se deslizan
sobre el rostro crispado por el hambre.

Todo me aleja de la dicha de vivir:
las criminales explosiones,
cada vez más poderosas,
el morbo del pillaje,
y la seductora televisión.

Todo me aleja. No puedo escribir.
Me sustrae la eterna adoración
al dios becerro.