jueves, 12 de agosto de 2021

Muñeca real

Alejado de los videos pornográficos,
de la obsesión voyerista,
te echas a dormir una siesta profunda
más allá de las culpas de conciencia.

Siempre has ensalzado los resortes de la risa franca
y la floración de las adormideras.
Siempre, mi corazón, solo tú, besos reales,
labios que recorren el sentido de la carne.

Cuando estás desanimado, tomas
un trozo y medio de paraíso con ilustraciones,
el mayor de los ángeles de alas lustrosas
y las manos amadas que danzan en la penumbra.

Luego te olvidas de las tentaciones, te preservas,
y a la hora de la cama te reencuentras con su viva mirada,
y construyes sobre su piel alfombras de caricias,
hasta sentir la sístole de su sangre veraz.