sábado, 10 de julio de 2021

Se hizo tarde para el vuelo


                                                                     
Es tarde para el eco de tu risa,
para abrir cada día las ventanas
e iluminar tu cuerpo con el sol.

Estás tan lejana como tu cuna;
y yo, solo como un candado,
como un caballo muerto en la pradera.

Una triste palmera flota
sobre tu dura ausencia
frente a la inmensidad de mi desierto.

Hoy es uno de esos inquietos días
cuando el alma es ala desplegada
ingenuamente a la locura de los vientos.

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