Bajo el frutal del patio,
en la fresca mañana de
trinos incesantes
--melodías sin tiempo--,
oyendo el traqueteo
de la aguja en la máquina a
pedal,
ajeno al hombre que será,
a su propia nostalgia,
sobre la tierra parda
dibuja con el dedo la
inocencia,
mientras absorbe su memoria
la atmósfera que el verso exhumará.
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